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Matrícula de deshonor

Una ‘gracieta’

Muy desafortunadas las letras de la chirigota callejera gaditana ‘Intocables’, al incluir en sus chascarrillos el trágico incendio en Valencia

Publicado: 14/03/2024 ·
19:04
· Actualizado: 14/03/2024 · 19:04
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  • Chirigota de la polémica.
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Muy desafortunadas las letras de la chirigota callejera gaditana ‘Intocables’, al incluir en sus chascarrillos el trágico incendio en Valencia que ha transcendido más allá de lo que se esperaba: “Han adelantado las fallas de Valencia”, a pocos días de ese trágico incendió que conmocionó a todo el país. Una ‘gracieta’ de esas de valentía y pecho al descubierto para mostrar lo divertido, irreverente y transgresores que somos por estos lares del sur. No todo vale, por muy negro que se quiera pintar el humor, hay límites que se deben establecer, sobre todo en sucesos tan recientes y con el dolor aún a flor de piel.

El ingenio y la creatividad carnavalera, como cualquiera de otras ofertas humorísticas existente en este ‘mundo mundial’, debería servir para entretener y alegrar al personal, no fomentar y ahondar más en el sufrimiento ajeno. La fiesta de la alegría, o así es como debería ser, pierde ese sentido, a veces tan desproporcionado y sacado de contexto, con el frío humor de la distancia, y los autores deben ser conscientes de las consecuencias del sufrimiento que podrían generar. No es aceptable que mientras unos lloran las pérdidas otros disfruten de sus lágrimas.

Que nadie me entienda mal, yo soy de aquellos a los que el humor le gusta hasta en las ensaladas de tofu, pero sin el tofu, y créanme, que hacer chistes de las desgracias ajenas y creerse defensor de dicho humor en momentos tan delicados nada tiene que ver con la piel fina, ni con la piel gordita como la mía, dado que no es cuestión de piel, ni de su color, ni la raza, ni siquiera con el sexo; habituales chistes ya manidos que siguen siendo los recursos facilones de muchos autores del humor en cualquiera de sus facetas. Estos comentarios van más al respeto, al saber cuándo y cómo, a tener empatía y no ir de valientes defendiendo el humor como la herramienta con licencia para joder a diestro y siniestro; es humor y, con esa defensa, ya está todo permitido. Pues no, y descarto ese argumento absurdo de aquellos que gritan a los cuatro vientos que huyen de lo políticamente correcto, dado que empobrecen la libertad del humor, y que se jodan los feos, gorditos, calvos y de ojos vago como yo.


Por supuesto, no soy de aquellos que implantarían censura a dichas temáticas, pero esa libertad de la que ellos presumen, es la misma que uso yo para decir lo que pienso, y la gracia en forma de burla irrespetuosa en tramas tan tristes solo apela a esa falta de sensibilidad, a querer destacar por encima de todo. Suerte que Will Smith no fuese valenciano.

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