La Audiencia de Málaga ha condenado a una pena de 20 años y un día de prisión a un hombre por asesinar en 2019 a su mujer que se quería divorciar y a la que primero golpeó e intentó asfixiar, aunque al no lograrlo, apuñaló en varias ocasiones en el domicilio en el que vivían en la localidad malagueña de Estepona.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se dicta después de que la pasada semana un jurado popular declarara al acusado culpable de un delito de asesinato. Además de la pena de prisión, deberá indemnizar a la familia de la víctima con unos 330.000 euros en total.
El acusado estaba casado con la víctima y convivían con uno de sus dos hijos en dicha localidad, pero, según se considera probado en la resolución, el matrimonio se había deteriorado hasta el punto de que ella le había comunicado que quería divorciarse.
Los hechos sucedieron el día 9 de marzo de 2019, cuando el acusado "golpeó a la mujer en la cara, tapándole la boca para asfixiarla e intentó estrangularla", señala la sentencia, apuntando que al no acabar con la vida de su esposa de esa forma, "la apuñaló en repetidas ocasiones".
De esta forma, quedaron afectados varios órganos y partes del cuerpo, como los pulmones, la zona abdominal, el bazo y el pericardio; lesionando la cara anterior de la aorta y provocándole un shock hemorrágico hipovolémico que le produjo la muerte.
Según se considera corroborado, el hombre "atacó de forma sorpresiva a la víctima y aprovechó su aturdimiento por la previa ingesta de alcohol y sustancias toxicas, lo que disminuyó su capacidad mental de previsión del ataque y reacción ante el mismo".
Asimismo, se estima que el acusado "aprovechó también las condiciones del lugar en que se produjo el ataque, su propio domicilio, precisamente donde la víctima estaba más confiada", señalando que él no presentaba en ese momento trastorno alguno o era tan leve que no le impedía conocer lo que hacía.
Por eso, se le condena por un delito de asesinato aplicando la circunstancia que agrava la pena de parentesco. Los miembros del jurado llegaron a su veredicto de culpabilidad por pruebas "plenamente acreditadas", entre ellas el propio reconocimiento de los hechos por el acusado; y llegaron a entender "la intención de divorcio de la víctima como posible móvil del asesinato".