El Jueves Santo es un día litúrgicamente colmado de símbolos, solemnidades y tradiciones, conocido popularmente como el día del Amor Fraterno. Amanecía el día más largo del año a los pies del Nazareno de Santa María, donde desde bien temprano se arremolinaba un público ansioso por verlo posesionar sobre su nuevo paso de estilo rocalla, realizado en el taller sevillano de los hermanos Caballero. Toda la Cuesta de Jabonería y aledaños, amanecieron con sillas no oficiales, que los vecinos habían dispuesto para guardarse un sitio en la procesión vespertina. El Jueves Santo, día festivo en el calendario litúrgico fue sin duda un día de festejo y devoción en el calendario particular del gaditano.
Oración en el Huerto
Eran las 17.30 horas cuando se abrían las puertas de la capilla de Jesús de la Oración en el Huerto y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, situada en la calle Tolosa Latour. Comenzaron a salir túnicas de color corinto con antifaz y capa de color crema y una esbelta Cruz de guía color dorado se alza a los vientos de poniente. Un acentuado descenso en el número de capirotes llama poderosamente la atención ante los vecinos del barrio de San Severiano que acostumbran a ver uno de los cortejos más poblados de la jornada.
El Cristo presentó nuevo semblante tras la restauración llevada a cabo por el mismo autor que lo talló en el año 1989, Manuel Ramos Corona. Tras el paso del Señor sonaron los sones de la A.M. Ecce Mater (Cádiz).
A la altura de la puerta principal del Instituto Hidrográfico de la Marina sonó la primera saeta y tras el Señor marcharon los penitentes del palio de la Señorita de Puerta de Tierra.
El cortejo de la Virgen llevó como novedad la bandera, la restauración de la vara del vice-hermano mayor y la pértiga del encendedor de la candelería realizada en orfebrería.
Afligidos
La Hermandad de Los Afligidos fue la segunda cofradía en poner su Cruz de Guía en la calle, desde un templo de San Lorenzo que como día festivo, se encontraba atestado de público en su puerta principal de la Calle Sagasta. Su capataz, José Julio Reyeros Cánovas, dio la primera levantá sensiblemente emocionado en torno a las 18.30 horas, a los sones de un himno nacional que servía de epílogo para un trayecto de seis horas de recorrido. Las dos tallas que componen el grupo escultórico del Señor y la Virgen, son obras del escultor flamenco, afincado en Sanlúcar de Barrameda, Peter Sterling y fueron realizadas en madera de cedro en el año 1727. En estos dos años han sido varios los estrenos que han sacado adelante. Novedades como el paño de la Santa Mujer Verónica pintado sobre lienzo al óleo realizado por Francisco Arroyo Arroyo, fajín hebreo del Cirineo confeccionado por hermanas de la cofradía y el acompañamiento musical por la B.M. Enrique Montero (Chiclana de la Fra.)
La cofradía de un solo paso entró con puntualidad a la inglesa en todos sus puntos oficiales siendo a las 00.00 horas cuando el misterio se recogía con un nutrido y ordenado cortejo procesional.
Nazareno
El Nazareno de Santa María estrenó nuevo paso en un Jueves de emociones y buen tiempo.
El capataz Joaquín Cortés Molina fue la gran novedad en el apartado del martillo mientras que Antonio Ramírez Durán volvió a ordenar el majestuoso palio de la Virgen de los Dolores. Habían pasado casi tres años desde la última vez que el Señor Nazareno bajara la Cuesta de Jabonería a los sones de la marcha Regidor Perpetuo que compusiera el Teniente Coronel, Abel Moreno. El nuevo paso, además de la nueva estructura y talla, presentaba el dorado del frontal (Hermanos Caballero) y la cartela delantera (Encarnación Hurtado). Fue sin duda uno de los momentos más emocionantes de lo que llevamos de Semana Santa. Su reencuentro con los vecinos, el olor a incienso, las saetas y de nuevo la gran ausencia de Juan Manzorro, representada por su mujer Mónica de Ramón que un día más era requerida para presenciar un nuevo homenaje para el que mejor sabía narrar la bajada del Nazareno por las calles de la ciudad. El vicepresidente de la Junta de Andalucía y consejero de Turismo, Juan Marín, quiso disfrutar igualmente de todo ello.
Desapareció la imagen del Señor y apareció regia la Virgen de los Dolores, la Lola, como alguien le gritó cariñosamente desde un cercano balcón a modo de piropo.
Caídas nuevas para el paso de palio y nuevo Simpecado, más la restauración de las dos bambalinas laterales fueron las principales novedades de la Dolorosa de Vassallo Parodi.
Medinaceli
La última hermandad del Jueves Santo fue la de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli. Una talla obra del imaginero gaditano Miguel José Láinez Capote, de 1938. María Santísima de la Trinidad es la obra cumbre de Francisco Buiza Fernández, quien la talló en 1967. Además, la cofradía cuenta con una imagen de San Juan, realizada por el mismo Buiza en 1972.
Eran las 22.20 horas cuando rechinaban los cerrojos de la puerta de Santa Cruz y brotaba de ella una Cruz de Guía de plata portada por un nazareno de túnica morada, soga amarilla y antifaz blanco con la cruz trinitaria bordada en el babero del antifaz. Abrazos entre los dos capataces José Luis Pájaro Llamas (Cristo) y Gerardo Navarro Galvín (Virgen), con el que celebraron el cincuenta aniversario como capataz del primero. Un total de 150 penitentes aproximadamente estaban repartidos entre ambos pasos además de los casi 400 integrantes que formaban la penitencia. Con paso austero, serio y a paso de horquilla en ambos casos fue recorriendo las calles de un barrio del populo rendido a sus pies.
LA MADRUGÁ
Perdón
La Hermandad del Santísimo Cristo del Perdón y María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos hace que la Madrugá de Cádiz sea una noche mágica y única. La noche se vistió de sargas blancas y azules, pues es este el color que predomina en el cortejo de esta señorial y antigua cofradía del barrio del Pópulo. Una cofradía que salió a la 01.00 de la madrugada de la Iglesia de Santa Cruz y que es sin duda una de las hermandades más queridas y populares de Cádiz. No en vano el Santísimo Cristo del Perdón es una de las mejores tallas que Luis Ortega Bru legó para Andalucía.