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Más calor, sequía, más noches tropicales por el cambio climático que afectarán al turismo

Así se recoge en el informe ‘Turismo y crisis climática en la Costa del Sol: diagnóstico preliminar y propuestas de acción’ de la UICM y la UMA

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  • Turistas en la Catedral de Málaga. -
  • Con in cambio de tendencia que traería “un aumento del número de viajes nacionales e internacionales hacia la costa norte de España”

Todavía hay quién bromea con el Cambio Climático y quienes siguen negándolo. A los primeros hay que ir diciéndoles que “poca broma”, a los segundos, que se informen de la situación y de las consecuencias. Por ejemplo, atendiendo al documento ‘Turismo y crisis climática en la Costa del Sol: diagnóstico preliminar y propuestas de acción’, una iniciativa de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y de la Universidad de Málaga (UMA) que aborda la crisis climática desde la perspectiva de uno de los sectores socioeconómicos clave de la provincia de Málaga.

Porque las conclusiones para la Costa del Sol son claras: el aumento de la duración de las olas de calor, con temperaturas medias diarias superiores a 30 grados; el crecimiento del número de días con noches tropicales, con temperaturas mínimas superiores a 25 grados, y la disminución de los días de lluvias, abundando además, los episodios de precipitaciones torrenciales. Del mismo modo advierten de que, aunque la elevación del nivel del mar parezca insignificante”, tendrá una repercusión “negativa” en los sistemas litorales arenosos (las playas) y los frentes de las áreas urbanizadas.

Además, pone sobre la mesa otras preocupaciones, ya que el informe señala al déficit hídrico de la provincia y al incremento de los desastres ambientales, “desde sequías extremas, hasta incendios de sexta generación, además de inundaciones, plagas, epidemias o derrumbes”, en el Mediterráneo Occidental.


Y claro, todo ello trae consecuencias que también señala, ya que se rata de factores que podrían llevar a un cambio de tendencia que supondría “un aumento del número de viajes nacionales e internacionales hacia la costa norte de España” que ahora, incrementaría su atractivo turístico en los periodos más cálidos.

Propuestas

Ante esta posibilidad, el informa llama a “repensar el turismo hacia una mayor proximidad, con una oferta más variada, más centrada en la calidad y la experiencia que en el volumen, poniendo en valor la riqueza cultural local y dirigida quizás a un público más cercano y diverso”.  

Y es que, en el texto se insiste en que “el clima está cambiando a una velocidad vertiginosa”, pero es que además, los territorios de la Cuenca Mediterránea y en especial el Arco de Alborán “sufrirán de forma intensa los efectos relacionados con la crisis climática. Así, considera a la Cuenca Mediterránea como “un punto caliente” con alta vulnerabilidad de sus ecosistemas litorales amenazados por fuentes impactos derivados de la actuación del ser humano.

Presente y futuro

El documento señala que como consecuencia del “impacto positivo” se encuentra “la prolongación de la temporada cálida hacia la primavera y el otoño”, pero también resalta que durante las dos últimas décadas, “se han incrementado en el Mediterráneo occidental los desastres ambientales, desde las sequías extremas hasta incendios de sexta generación, además de inundaciones, plagas, epidemias o derrumbes, todo ello, teniendo como causa el calentamiento global”.

En esta línea, indica que uno de los principales factores limitantes del desarrollo de la actividad turística en la Costa del Sol es el recurso hídrico, con una capacidad del sistema que “se ha visto extraordinariamente mermada por la extensión de cultivos en regadíos que suponen casi el 80% del consumo hídrico”, un problema que “se agudiza” ante la “proliferación incensante” de cultivos de carácter subtropical (aguacate y mango), que requieren de “un elevadísimo aporte de agua”,  así como “la puesta en regadío de cultivos de secano para aumentar la producción”.

Así las cosas, entre otras claves, hay que “entender la contribución del sector turístico de la Costa del Sol al cambio climático”, pero también, “los potenciales impactos de este en el destino a través de los escenarios climáticos futuros; mejorar la oferta de formación y asesoría para la adaptación y mitigación del sector en la Costa del Sol; identificar buenas prácticas a acción climática aplicadas al turismo en la zona y plantear medidas de adaptación y mitigación que el sector puede adoptar”.

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