Hubo un tiempo en que el Málaga era fiable en casa y ahora, este césped es como el patio de casa para cualquier equipo, sea cual sea su currículum. El Andorra se llevó un punto valiosísimo y le quitó dos al Málaga. El Málaga, a su vez, quitó otros tantos años de vida a su afición, que ya empieza a ver poca luz al final del túnel. Y ya no cuesta ni creelo: este equipo es colista de Segunda División... otra vez.
Arrasando. Así comenzó el Málaga, que parapetó a su rival y lo sometió por dentro y por fuera. Pero faltaba la finura que no está teniendo esta temporada ninguno de los finalizadores, ni Rubén Castro ni cualquiera que le rodee. Fue Loren Zúñiga el que le acompañó como segunda punta. El FC Andorra, muy bien trabajado por Eder Sarabia, aguantó el aguacero malaguista cuando apretaba. Entrelazó bien el equipo de Pepe Mel, pero en los metros finales ni Jozabed ni Fran Villalba conectaron con los arietes.
Estaba dejando un sabor agridulce el equipo porque con tal superioridad, faltaba colmillo y que apareciera más un jugador como Aleix Febas. Tras el descanso, no tardó en llegar el primer aviso serio del Málaga con un cabezazo de Burgos que tapó Lizoain. Flataba chispa, y Mel movió las piezas metiendo a Luis Muñoz y Fran Sol. Al de Nueva Málaga se le vio falto de ritmo e impreciso.
En la zozobra y la necesidad, el Andorra dio el picotazo y a más de uno le dio un microinfarto con la ocasión fallada de Sinan Bakis en un mano a mano con Manolo Reina, que minutos después sacó abajo un medio gol del Andorra en un paradón de mérito. N’Diaye se quemó de balón y una pérdida suya volvió a darle vida al Andorra, que no iba ya por delante porque Reina había sacado ya dos claras.
Por arriba, poca cosa. Se llegó al minuto 70 con evidencias de bajón físico y con un bloqueo mental que solo un gol podía desbloquear. Entró Genaro por Febas para dejar más libertad en tres cuartos de campo a Luis Muñoz, mientras los minutos pasaban volando y el Málaga se plantó en el 80 sin haber dicho mucho más allá de aquel cabezazo de Esteban Burgos que quedaba lejísimos en el tiempo.
Las imprecisiones se pasaron de vuelta y ya empezó el rún rún de la afición, que se echó encima del árbitro con alguna que otra jugada rigurosa que frenó el ritmo frenético. Una falta a Rubén Castro al borde del área pasó de fuera de juego a tarjeta roja para el Andorra. El VAR lo corrigió y Álex Pastor se marchó del verde expulsado. Pero claro, Escassi tiró la falta horrible, a la barrera.
En los minutos finales, al equipo se le olvidó saber cómo atacar y cuando tuvo que meter la sexta marcha, se equivocó y redujo la velocidad, falto de piernas y de claridad de ideas. Son las cosas inexplicables de este equipo, de muchos nombres que en conjunto no terminan de engranar. No les sale nada de lo que intentan. Y ya van 9 jornadas así. El cuento está ya adquiriendo forma del mismísimo Ulises de James Joyce y pocos se atreven a leerlo entero.
Ficha técnica:
0 - Málaga: Manolo Reina; Juanfran Moreno, Esteban Burgos, Escassi, Javi Jiménez; Febas (Genaro, m.79), Ndiaye, Jozabed (Ramón Enríquez, m.65), Fran Villalba (Luis Muñoz, m.56), Loren (Fran Sol, m.56) y Rubén Castro.
0 - Andorra: Raúl Lizoain; Pastor, Diego Alende, Mika Mármol (Adri, m.66), Martí Vilá; Marc Aguado, Bover (Moha Moukhliss, m.72), Molina; Adriá Altimira (Bundu, m.78), Germán Valera (Almpanis, m.72) y Sinan Bakis (Carlos Martínez, m.78).
Árbitro: Galech Apezteguía (Colegio Navarro). Mostró tarjeta amarilla a los locales Javi Jiménez (m.57), Manolo Reina (m.64), Genaro (m.90) y al técnico Pepe Mel (m.82), y expulsó al visitante Pastor (m.86).
Incidencias: Partidos disputado en el estadio de La Rosaleda ante 16.083 espectadores. Los integrantes malagueños Campeones de Europa con la Selección Española de baloncesto encabezados por los jugadores del Unicaja Alberto Díaz y Darío Brizuela, realizaron el saque de honor
