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Vandelvira diseñó la ampliación de la iglesia San Miguel en el siglo XVI

Uno de los libros de fábrica recoge un pago de 22 reales al afamado arquitecto por ensanchar el templo y que el coste de la portada fue de 227.000 maravedís

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Las investigaciones realizadas en torno a la antigua iglesia de San Miguel siguen reescribiendo la historia del casco antiguo de Jaén. Al margen de los trabajos arqueológicos y de conservación que se están haciendo en la parcela del barrio de La Magdalena, una parte esencial de la búsqueda del pasado de este templo se está llevando a cabo en el antiguo Banco de España, en el Archivo Histórico del Ayuntamiento, donde el historiador y archivero Alejandro Romero analiza y transcribe los dos libros de fábrica que se conservan.

Este trabajo está dando interesantes frutos y recientemente ha aportado el que puede ser uno de los datos más relevantes sobre el templo: el afamado arquitecto Andrés de Vandelvira diseñó la ampliación de esta iglesia a mediados del siglo XVI. Concretamente, el libro de fábrica con información entre 1554 y 1594 recoge un pago de 22 reales a Andrés de Vandelvira en 1559 por “una traza para ensanchar la iglesia”.

Así se muestra en un informe municipal, al que ha tenido acceso VIVA Jaén, y en el que también se apunta que, “analizada una extensa bibliografía disponible actualmente sobre la iglesia de San Miguel, y tras conversaciones con especialistas en la materia, no se ha encontrado referencia a este dato”, por lo que se trataría de un dato “inédito” por lo conocido hasta el momento. Tampoco se descarta que esta información ya existiese en algún estudio que no se haya encontrado hasta la fecha. 


Para el catedrático emérito de Historia del Arte en la Universidad de Jaén y experto en  Vandelvira, Pedro Galera, “se trata de un descubrimiento doblemente importante”. “Por un lado enriquece el conocimiento sobre la iglesia, aclarando que cuenta con dos fases: una gótica en la cabecera y la parte central, y otra posterior a los pies, donde se encontraba el coro, que diseñó Andrés de Vandelvira. Y por otro lado también ofrece información sobre la práctica de la arquitectura en aquella época”, aclara el catedrático.

Y es que, como cuenta Galera, Vandelvira era un “funcionario” que recibía un sueldo anual del Obispado, pero “ya en su contrato incluía una cláusula por la que cobraba las trazas, los diseños, a parte”, algo muy inusual en aquella época.

“Éste es un rasgo de arquitecto moderno. Hoy se da por hecho que el proyecto arquitectónico reside en el dibujo y no tanto en la ejecución, pero en aquella época no era así. Vandelvira dio valor al diseño, a la figura del arquitecto que se sienta en una mesa y presenta al patrocinador una serie de documentos gráficos, un boceto de la construcción”, apunta Pedro Galera.

 

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Confirmación

Este catedrático en Historia del Arte también afirma que nunca ha tenido duda alguna de que la portada del antiguo templo llevaba la firma de Vandelvira. “El análisis del estilo y las formas encajaban perfectamente con él e, incluso, el Deán Mazas ya dijo en su día que era suya, aunque siempre es una alegría que haya datos que confirmen estas teorías”, añade Galera, quien también explica que esta portada “era parte de un proyecto mayor de ampliación de la iglesia, debido al aumento de población que hubo en la ciudad en el siglo XVI”.

Vicente Barba, arqueólogo a cargo del proyecto y responsable de Patrimonio del Ayuntamiento, apuntala que, “a nivel arqueológico, queda muy claro que la iglesia tuvo distintas fases sucesivas históricas, una la época gótica con los frescos de la cabecera y una posterior renacentista, a los pies del templo”.

La referencia documental en la que se registra el pago a Andrés de Vandelvira se encuentra en la página 34 anverso de un libro de fábrica en el que, si se avanza hasta la página 64 anverso, se conoce que el pago total por dicha portada, que ejecutaron los canteros Cristóbal del Castillo, Juan Villar y Pedro Del Horden, ascendió a 227.000 maravedís.

Se recoge esta información en un último pago, con el que los canteros se dieron por satisfechos, que ocurrió en 1566, cinco años después de que se hubiese acabado la ejecución de una portada que hoy se encuentra en el Museo Provincial de Jaén. 

El trabajo de análisis de los datos de los dos libros de fábrica que han sido digitalizados se encuentra “al 50 por ciento” y ahora se trabaja también en el Archivo Histórico Provincial, donde se está buscando información en los protocolos notariales de compra-venta de las casas que se hicieron en el solar y que han sido desmanteladas para que se pueda volver a ver la estructura del templo.

Estos trabajos de búsqueda en documentos antiguos se denominan paleografía y para llevarlos a cabo se necesitan expertos en la letra procesal que empleaban los escribanos.

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