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Corella propone que se apoye al CDN como referente en clásica

El bailarín y coreógrafo Ángel Corella considera que los bailarines de la Compañía Nacional de Danza ?no se pueden reciclar? para pasar de la danza contemporánea a la clásica, y propone al Gobierno que mantenga esa compañía como tal y que, a la vez, apoye a la suya, como exponente de la danza...

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  • El bailarín Ángel Corella (d) confiesa que está muy satisfecho del trabajo que está desarrollando su compañía. -
El bailarín y coreógrafo Ángel Corella considera que los bailarines de la Compañía Nacional de Danza “no se pueden reciclar” para pasar de la danza contemporánea a la clásica, y propone al Gobierno que mantenga esa compañía como tal y que, a la vez, apoye a la suya, como exponente de la danza clásica.

En una entrevista concedida a Efe, al hablar de la marcha de Nacho Duato al frente de la Compañía Nacional de Danza y la intención del Gobierno de convertir ésta en una formación de clásica, en vez de contemporánea, Corella observa que “los bailarines no se pueden reciclar”.


A su juicio, todos los bailarines de la Compañía Nacional de Danza son de contemporánea y, “convertirla esa compañía en una de danza clásica sería lo mismo que sucedió cuando Nacho Duato entró a la dirección, pero a la inversa; sería como decirle a un arquitecto que se meta a cocinero”.

Por eso, después de mantener una entrevista con la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, cree que la misma cantidad de dinero público que se emplea ahora en la Compañía Nacional de Danza podría invertirse en mantener ésta con danza contemporánea y, además, apoyar a su compañía como clásica.

“Mantener las dos compañías sería la solución ideal”, teniendo en cuenta la “labor fantástica realizada por Duato y por sus bailarines y que, en dos años, nuestra compañía ha demostrado más que sobradamente que tiene un gran nivel en el campo de la danza clásica”.

El bailarín sostiene que siempre habla bien de Duato a pesar de que éste comparó la juventud de su compañía con una pizza e ironizó con que no le gustaba la comida rápida, y también habló de que no iría a ver el Corella Ballet y hubo gente que le vio en el patio de butacas del Teatro Real, de Madrid, según su director.

“Nunca hablaré mal de Nacho Duato –añade el bailarín–, si he dicho algo de Víctor Ullate fue porque tuve una experiencia muy desagradable por la que estuve casi a punto de dejar de bailar, cuando me encantaba el clásico, pero eso pasó hace ya diecisiete años”.

Algo cansado, pero en buen estado de salud, según explica, Corella está feliz porque su compañía ha superado todas las previsiones, tanto por el apoyo institucional, como por la reacción del público y de los teatros, “llenando en plena crisis, cuando hay otros que no venden nada”, matiza.

Respecto a los motivos que le impidieron bailar en el estreno de El lago de los cisnes en Valladolid, detalla que se debió a que no para en todo el día y “no comía”, lo que le produjo “bajadas en los niveles de glucosa e hipoglucemias”, “con mareos inexplicables”, “un pequeño susto” por “un exceso de trabajo bestial”.

Aunque está muy satisfecho del trabajo que desarrolla su compañía, lamenta que la danza clásica “no está muy bien tratada en España”, y no entiende, dice, que haya personas que traten de desterrarla, incluso desde dentro de la profesión.

A sus 35 años, el artista principal del American Ballet Theatre afirma que podía haber ganado mucho dinero terminando en el Metropolitan de Nueva York a los 40 años y montando después una escuela para 300 ó 400 alumnos, pero ha apostado por una fundación que impulsa la danza clásica.

El director del Corella Ballet de Castilla y León, con sede en Segovia, subraya que ha interrumpido su carrera e invertido tiempo y dinero “por amor al arte, en el sentido estricto de la palabra”, convencido de que hay que promover la danza clásica, como modelo de educación de los jóvenes”.

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