Especialistas en Nutrición han comprobado que la alimentación en las primeras etapas de la vida puede modificar la microbiota e influir en el desarrollo neurológico y del sistema inmunológico del bebé.
Han expuesto estas conclusiones durante un encuentro internacional organizado por la Universidad de Granada para celebrar el décimo aniversario de la Cátedra Ordesa de Nutrición Infantil en el que diferentes ponentes han abordado el impacto de la microbiota en el neurodesarrollo o en las alteraciones en los ritmos de sueño.
La directora de la Cátedra Ordesa de Nutrición Infantil, Cristina Campoy, ha recalcado que el encuentro permite compartir estudiar sobre el destacado papel que juega la formación de la microbiota en los primeros años de vida y como puede marcar la salud futura.
Las investigaciones desarrolladas en los últimos años han permitido entender mejor la relación entre las fórmulas de leche que sustituyen a la materna, el desarrollo de la microbiota y la influencia que esta última ejerce en el neurodesarrollo, en lo que se ha dado a conocer como el eje intestino-cerebro.
La investigadora principal en el departamento de Anatomía, Neurociencia y APC Microbiome de la Universidad de Cork (Irlanda) María Rodríguez Aburto, ha presentado los últimos datos sobre el papel de la microbiota intestinal durante la vida precoz en el desarrollo vascular de las células que garantizan el funcionamiento adecuado del sistema nervioso, lo que puede tener impacto en el neurodesarrollo.
Por su parte, el profesor Antonio Suárez, catedrático en el departamento de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad de Granada, ha presentado un estudio que evidencia cómo una fórmula infantil suplementada con simbióticos, ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (LC-PUFAs) y lípidos de la membrana del glóbulo graso de la leche (MFGM) lograban un patrón de maduración más lento y similar al logrado con la leche materna.
"Hemos hecho además un seguimiento a los seis años que nos ha permitido comprobar como esta alimentación y los cambios que genera en la microbiota afectan a la estructura cerebral y mejora el desarrollo del lenguaje entre otros", destaca la profesora Campoy, quien es la investigadora principal de este estudio.
El encuentro científico de la Cátedra también ha abordado el impacto que la dieta temprana puede tener en el desarrollo de la obesidad infantil de la mano del catedrático de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza y vocal de la Sociedad Española de Nutrición (SEN), Luis Moreno.
La Universidad de Granada ha sumado el Curso de Posgrado de la Early Nutrition Academy (ENA), que este año tiene como lema "Vida temprana y salud a largo plazo" y el objetivo de proporcionar a los participantes una visión completa y actualizada de cómo la nutrición temprana afecta al riesgo de desarrollar enfermedades no transmisibles.