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Valencia

Los líderes de la secta de Castellón están en libertad a la espera de citación judicial

El Juzgado de Instrucción número 3 de Castellón deberá citarlos en su momento para declarar como investigados

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  • Tribunales. -

Los tres detenidos de una secta psicoterapéutica que operaba en Castellón y que ha sido desarticulada por la Guardia Civil fueron puestos en libertad tras prestar declaración en el momento de su arresto, el pasado mes de marzo, y el Juzgado de Instrucción número 3 de Castellón deberá citarlos en su momento para declarar como investigados.

Según han informado a EFE fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) este viernes, día en que la Guardia Civil ha informado de la desarticulación de la secta, el juzgado tiene abierta la causa judicial por delitos de estafa, revelación de secretos, contra la salud pública, asociación ilícita, intrusismo laboral y agresión sexual, sin perjuicio de ulterior calificación.

Las detenciones y el registro en el chalé de La Pobla Tornesa (Castellón) se produjeron el pasado mes de marzo y los tres miembros de la secta fueron puestos en libertad por la Guardia Civil tras comparecer en dependencias policiales, según las citadas fuentes.

La titular del Juzgado no tomó decisión alguna respecto a la situación personal de los tres detenidos al no pasar a disposición del juzgado en calidad de detenidos, según el TSJCV, que ha precisado que el juzgado deberá citarles en su momento a declarar como investigados.

Los detenidos formaban parte de una secta psicoterapéutica denominada "La Familia del Alma" que practicaba rituales chamánicos con consumo de drogas y que cometieron varios abusos sexuales de jóvenes captados en Tarragona, Castellón y Barcelona.

Los afectados son un centenar, según ha podido saber la Guardia Civil a partir de las denuncias presentadas y de personas que han podido ser identificadas a lo largo del prolongado periodo de actividad de este grupo.

Las edades de captación e iniciación en las terapias se situaba en los 20 años de edad en la mayoría de los casos y todas las víctimas tenían un bajo estado anímico por problemas personales o emocionales. Algunas de ellas han estado inmersas en el colectivo durante más de 15 años, e incluso se habrían iniciado siendo menores de edad.

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