El coordinador del sindicato ITF (Federación Internacional de Trabajadores del Transporte) para España, José Manuel Ortega, confirmó ayer que los tripulantes del buque Eastern Planet quedaron sin carburante el pasado día 22 de julio “a 20 millas en alta mar cerca de Ceuta”.
Esta no es la primera ocasión que el barco se queda sin combustible ya que tuvo un problema similar en las costas de Túnez tras partir hace dos meses de las costas turcas con un cargamento de cemento. En esa ocasión recibieron 10 toneladas que les sirvieron para avanzar pero no para alcanzar su destino final en la República Democrática del Congo.
Contacto de emergencia
Ortega relata que los tripulantes se pusieron en contacto con él a través de un servicio de emergencia con base en Londres para comunicarle “que el buque era inseguro” y “que tenían problemas de combustible”.
El representante de ITF intentó ponerse en contacto hace tres días con el armador a través de la consignataria, MH Bland, pero por el momento no ha sido posible. Incluso los propios marineros han intentado lo propio con el escaso saldo que les resta en las tarjetas SIM de sus teléfonos móviles, también sin éxito.
En cualquier caso, los tripulantes llegaron al Puerto Bahía de Algeciras tras ser remolcados al dique de abrigo, zona de la que no pueden salir al no tener contacto directo con tierra.
Sin embargo, el mayor problema aparece con la falta de agua potable y de suministro eléctrico ya que al carecer de combustible el barco no puede accionar el generador. La falta de electricidad provoca que las cámaras frigoríficas hayan dejado de funcionar con lo que la comida que almacenan no durará mucho más.
En la tarde de ayer, la Autoridad Portuaria y Capitanía Marítima, según Ortega, entregaron agua potable a los tripulantes que se duchan con agua salada para evitar consumir el último remanente que les queda.
Intervención
El representante de ITF ha puesto en conocimiento de Capitanía Marítima la situación, que tiene previsto llevar a cabo una inspección en la embarcación para determinar su estado.
De cualquier forma, Ortega resalta que hasta la tarde de ayer “la situación era extrema, sin casi agua para beber y apenas nada que comer. Ahora la Cruz Roja se ha ofrecido a proporcionarles alimentos frescos ya que todavía cuentan con provisiones en conserva y algunas patatas”.
Aún así, los tripulantes “necesitan resolver la cuestión del gasóleo del generador” que, según se traslada, consume unos cien litros al día.
En cualquier caso, los marineros y el propio capitán tienen claro que su intención es abandonar el barco y volver a casa en cuanto puedan.
De hecho por el momento no se plantean finalizar su embarque en el último destino del Congo toda vez que consideran que allí será todavía más difícil exigir al armador que cumpla con sus promesas.
