—-Un periodista entre científicos… ¿cómo se llega a eso?
—Bueno, sinceramente, casi sin darse cuenta. Yo en 2003 trabajaba en EL FARO INFORMACIÓN, y me dio por hacer reportajes de cetáceos. En aquel entonces, la Sociedad Española de Cetáceos realizaba la campaña LIFE en las costas andaluzas, y por ende, en Tarifa y Algeciras, me puse en contacto con ellos, con CIRCE, y desde entonces hasta hoy.
—Son más de 6 años ya entre delfines y ballenas…
—Si, unos seis años. Al principio sólo colaboraba esporádicamente, luego se creo un Departamento de Comunicación y yo era el único periodista, y a partir de ahí, poco a poco hemos ido creciendo y haciendo más cosas.
—A nivel comunicación, son muchas las noticias que generáis, ¿es difícil que una información científica cuaje a nivel información general?
—No, no lo es, tan sólo debes tener claro a quien diriges esa información. Si lanzas una nota de prensa a medios de comunicación no especializados, hay que evitar usar un lenguaje demasiado científico, ahí es donde creo que tengo la ventaja, no soy científico, soy periodista, y busco lo que a la gente de a pie más le puede interesar, por encima de lo que a nivel científico puede ser más interesante, para esto último están los congresos científicos y la prensa especializada. Es importante que el mensaje llegue al ciudadano, ya que desde CIRCE entendemos que para la conservación, es primordial que antes haya un conocimiento, una información, y una concienciación.
—¿Cómo lleváis la divulgación de vuestros trabajos de educación ambiental?
—Pues de momento bien, seguimos con las charlas en los colegios de Algeciras, y si podemos, con el tiempo nos gustaría ampliarlas a municipios como La Línea, Tarifa, Los Barrios, San Roque, y el resto de municipios del Campo de Gibraltar. También con las unidades didácticas para educadores, que están dirigidas a todas las edades, desde niños de 3 años a adultos, y por último con las notas de prensa que enviamos con el trabajo que vamos desarrollando y con artículos en prensa, como los que aparecen semanalmente en esta sección. Todo ello es importante de cara a la educación ambiental, a la divulgación de la riqueza del Estrecho y su ecosistema marino, ya que si conoces lo que tienes, es más fácil protegerlo y conservarlo.
—En Tarifa hay un boom del avistamiento de cetáceos, esta actividad mueve más de 1,5 millones de euros al año, ¿no puede ser demasiado estrés para los cetáceos?
—Bueno, en Tarifa no hay un boom, hay una actividad que nació hace casi 15 años, y que ha ido creciendo paulatinamente con el paso de los años. El avistamiento de cetáceos bien hecho no sólo no es perjudicial para los cetáceos, sino que es muy positivo de cara a la concienciación y a la educación ambiental. Es más fácil explicar lo que es un delfín cuando lo tienes delante que en un libro de texto, es por ello que esta actividad, bien hecha y siguiendo las normas que vienen en el Real Decreto de protección de cetáceos no sólo no es perjudicial, sino que es beneficioso para los cetáceos, a mayor concienciación, a mayor interés de la ciudadanía por los delfines y las ballenas, más fácil será que los políticos tomen medidas de protección.
—Pero tanto barco, ¿no puede estresar a los animales?
—Si claro, por eso es importante el cumplir con el Real Decreto de Protección de Cetáceos, sólo así esta actividad será sostenible y perdurará en el tiempo.
—¿Cuáles son los principales peligros de los cetáceos del Estrecho?
—Depende, cada especie tiene sus propios peligros, decir que el Estrecho cuenta con un tráfico marítimo que supera los 100,000 barcos anuales ya es un peligro en si mismo, pero hablar de reducir ese tráfico marítimo es una quimera. Desde CIRCE lo que queremos es reducir al máximo posible todos esos peligros, de ahí los planes de conservación, por ejemplo, para los cachalotes o los rorcuales, el mejor plan de conservación posible es el de reducir la velocidad a 13 nudos en determinadas zonas del Estrecho en determinadas épocas del año, en 2006 conseguimos que el Ministerio de Fomento nos escuchara y lanzara esa recomendación aunque por desgracia no se tiene muy en cuenta por los grandes buques y ferries. Si hablamos de delfines y calderones, las pequeñas embarcaciones de recreo que practican la pesca deportiva o pasean por el Estrecho son su principal peligro, por los cortes que pueden provocar en los animales con las líneas y las hélices, pero para evitar esto existe el Real Decreto, si se cumple, los riesgos son mínimos. Si hablamos de las orcas, la cosa cambia, aquí el problema es más grave, las orcas comen atún y el atún está al borde de la desaparición, sólo conservando el atún, conservaremos las orcas.
—Vamos, que sólo paralizando la pesca del atún rojo las orcas sobrevivirían…
—Bueno, eso no es así del todo. Es ilógico reducir las cuotas de pesca de atún de las almadrabas y de los pescadores artesanales, el problema con los stocks de atún rojo lo generan los grandes cerqueros, la pesca industrial a gran escala en el Mediterráneo. Por mucho que tu reduzcas las capturas a las almadrabas o a los pescadores de Tarifa, el atún rojo va a seguir en declive mientras no se tomen medidas efectivas contra la pesca industrial, que los pesqueros de Tarifa pesquen 200 atunes por temporada o que la almadraba supere en dos meses los 10,000 atunes no es significativo teniendo en cuenta lo que se hace en el Mediterráneo.
—¿Existe conciencia de las administraciones de todos estos peligros?
—Poco a poco se va teniendo, antes te hablaba de la recomendación de reducción de velocidad y del Real Decreto de Protección de Cetáceos, medidas que vienen de la Administración Central; la Junta de Andalucía cada vez se implica más en los planes de conservación y de difusión, con medidas como el apoyo al Centro de Interpretación de Cetáceos de Tarifa; las administraciones locales también apoyan estas actividades con las charlas en los colegios públicos… Se están dando pasos, todavía insuficientes, pero se están dando pasos y poco a poco creo que se irán involucrando más. El avistamiento de cetáceos mueve más de millón y medio de euros al año en Tarifa, esto es suficiente para que los políticos presten algo de atención a una actividad interesante para el turismo.
—¿Existe conciencia ecológica en el Campo de Gibraltar?
—Si, y mucha, Verdemar, Agaden, Greenpeace, todos ellos tienen su papel en la comarca. Nosotros no somos ecologistas, somos científicos, no somos un órgano de denuncia, sólo estudiamos y analizamos los datos antes de extraer cualquier conclusión que nos pueda llevar a error, pero es importante reseñar que ambos perseguimos lo mismo pero desde distintos caminos. También existe mucha conciencia entre la población, aunque nos falta para equipararnos a otras regiones.
