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Punta Umbría

Therion inundó Madrid con el espíritu de Mozart fusionado con el heavy metal

La banda de metal sinfónico Therion invocó la noche de ayer al espíritu de Wolfgang Amadeus Mozart durante su concierto en la sala La Riviera de Madrid, al ejecutar una peculiar versión de "Dies Irae", obra del compositor austríaco.

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 La banda de metal sinfónico Therion invocó la noche de ayer al espíritu de Wolfgang Amadeus Mozart durante su concierto en la sala La Riviera de Madrid, al ejecutar una peculiar versión de "Dies Irae", obra del compositor austríaco, para dejar claro que el heavy y la música clásica no están enemistados.

Y si había alguna duda, Therion se encargó de borrarla cuando, a medio concierto, la soprano Katarina Lilja se dirigió al público madrileño y presentó una versión de este tema que, sin perder el sello de sus voces orquestales, adquirió un nuevo matiz con las guitarras distorsionadas de Christofer Johnsson, líder de la banda.

Acompañada por Lorie Lewis, la otra soprano, y Thomas Vikstrom en las partes de tenor, Katarina hechizó al público al entonar con sus notas altas la letra de esta composición que se basa en un texto escrito en el siglo XIII atribuido al fraile franciscano Tomás de Celano.

Mejor tema no pudo haber escogido Therion, pues la letra describe el momento del día del juicio final, con la última trompeta llamando a los muertos ante la presencia divina, una llamada que quizá resonó en el más allá e inundó con un aire fantasmal a La Riviera.

Previamente, y tras la actuación de las bandas de metal progresivo Loch Vostok, de Suecia, y Leprous, de Noruega, Therion había comenzado esa llamada al abrir su recital con "Sitra ahra", tema que da nombre a su más reciente disco y a través del cual invitó al público a conectarse con "el otro lado", la traducción al español del nombre del disco.

Con esto llegaron los relatos mitológicos sobre dioses primigenios con temas como "Wine of Aluqah", uno de los temas en el que pone de manifiesto el híbrido de la música sinfónica con el "power metal", y "Typhon", que recordó el pasado de Therion, cuando el grupo era uno de los exponentes más oscuros del "death metal".

Así vinieron "The Perennial Sophia" y posteriormente "Hellequin", en el que los cantos operísticos se fusionaron con la voz "heavy" de Snowy Shawn, el otro vocalista de la agrupación, quien no dejaba de alzar el puño e invitar al público a cantar y saltar, tras lo cual lanzaba un "¡Gracias Madrid!", en español.

El recorrido continuó con "Nifelheim", "The Siren of the Woods", "Voyage of Gurdjieff (The Fourth Way)", "Ljusalfheim" y la espectacular "Dies Irae", en el sincero homenaje a Mozart, cuyo fantasma rondaba el escenario y, por momentos parecía poseer a Christofer Johnsson, coreaba cada una de las canciones junto a Waldemar Sorychta, bajista invitado para la gira europea.

Así llegó la remembranza a los dioses nórdicos con "Ginnungagap", la referencia a la India con "Kali Yuga Part III", hasta llegar a temas como "Clavicula Nox" y la evocación a un demonio primigenio con "Blood of Kingu".

Fue entonces que la soprano Katarina Lilja se animó a practicar su español y dijo: "Esperemos que les guste esta canción que habla sobre el océano, pero no es de marineros", y así dar paso a "Lemuria", tema sobre la leyenda de la Atlántida.

"Abraxas" y "Unguentum Sabbati" vaticinaron que el concierto estaba a punto de culminar; la banda se preparó, levantó los brazos y con la última nota, las luces se apagaron ante los gritos del público que sabía, faltaba un cerrojazo digno de la velada.

Fue así como el dragón emergió nuevamente para ofrecer un breve encore con "Rise of Sodom and Gomorrah", al termino de la cual Christofer Johnsson se dijo emocionado porque en este concierto de Madrid "hubo más gente que en el de Barcelona".

Y así llegó el broche de oro con el himno de la agrupación: "To Mega Therion", uno de los temas que más fueron coreados durante la noche por un público que, simplemente, se rindió ante el portento del metal sinfónico proveniente de Suecia.

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