El director del Teatro Villamarta, Carlos Granados, ha estimado en un 90 por ciento el nivel medio de ocupación de los espectáculos programados en el recientemente celebrado Festival de Jerez, destacando la “regularidad” de los “éxitos” cosechados por las diferentes propuestas y la ausencia de “altibajos” en una programación cuya calidad destaca.
De este modo, Granados entiende que el certamen ha recuperado ya los niveles de asistencia previos a la pandemia, en buena medida gracias al regreso de la práctica totalidad de los cursillistas llegados desde el extranjero.
El director del Teatro Villamarta explicó en el programa ‘El Templete’, que se emite semanalmente en 7 TV Jerez, que ha querido vivir “como uno más entre el público” este su primer festival como responsable de su organización, para de este modo preparar tener herramientas de juicio con las que preparar la próxima edición, aunque no augura “grandes cambios” en su formato.
A Granados le ha sorprendido sobre todo que el Festival se haya convertido “en un espacio de mucha tolerancia e integración donde conviven lenguajes muy distintos de danza y flamenco” y en el que “se reciben de una manera abierta nuevas propuestas, lenguajes y estéticas”.
Además, entiende que la ciudad de Jerez ha asumido ya “la importancia” que tiene el Festival, como demuestra el hecho de que poco a poco se vaya incrementando la programación alternativa a la oficial.
Granados no ocultó las dificultades económicas que conlleva gestionar un equipamiento cultural de carácter público como el Teatro Villamarta, admitiendo que su nivel de financiación “es insuficiente”. De ahí que esté trabajando en “recuperar patrocinios privados que se perdieron” y para involucrar a otras administraciones públicas, toda vez que el Ayuntamiento de Jerez “ya hace todo lo que puede”.
De cara al futuro más inmediato del coliseo jerezano, su nuevo director admite la necesidad de ofrecer un “servicio” a todos los ciudadanos, de ahí que trabaje para ofrecer una programación “en la que todo el mundo encuentre algo a su gusto”.
Así, se mantendrán la zarzuela y la lírica, aunque “quizá” sea necesario “ajustar” sus costes en función de la financiación que se obtenga. Incluso le gustaría programar “grandes conciertos”, aunque siempre y cuando “los cachés y la respuesta del público lo permitan”.
Por último, Granados es optimista con respecto al proyecto de capitalidad cultural de Jerez, aunque admite que “hay dura competencia” para lograr ese objetivo; y espera que el futuro Teatro Jerezano –de titularidad privada- pueda complementar la oferta pública de Villamarta.
“Todo lo que sea más cultura para Jerez me parece bien. El tiempo dirá si hay público para los dos teatros, pero quizá a nosotros nos permita centrarnos más en aquellos géneros que nos hacen más fuertes”, concluyó.