Salas, que ha hecho estas declaraciones antes de pronunciar una conferencia esta tarde sobre el papel de la mujer en la investigación, señaló que en España se invierte un 1,38% del PIB en investigación, cuando la media europea es del 1,85%, mientras que la ayuda privada tampoco llega al 50 por ciento, frente al 66 por ciento de media en la UE.
Por otra parte, la bioquímica asturiana recordó sus inicios en los años 60 en España en que empezó la tesis doctoral con Alberto Sols con una carta de recomendación de Severo Ochoa, del que dijo que entonces era "bastante machista" y quién le confesaría años mas tarde que cuando Margarita fue al laboratorio le iba a dar algo sin importancia porque era una chica.
"Al cabo de los años (Sols) cambió de mentalidad y de criterio", afirmó Salas, quién recordó que cuando se trasladó a Nueva York para trabajar con Severo Ochoa se encontró con un trato diferente independiente de la condición de mujer.
"Estaréis en distintos grupos de trabajo y si no aprendéis otra cosa, al menos hablaréis inglés", le dijo a Salas y a su marido Eladio Viñuela el célebre Severo Ochoa cuando el matrimonio comenzó a trabajar con él en Estados Unidos.
En cambio, actualmente, según Salas, las cosas han cambiado mucho y en los laboratorios de investigación hay hoy en día más mujeres que hombres, por lo que auguró que "en un plazo de entre quince o veinte años la mujer ocupará en el mundo científico el puesto que le corresponda de acuerdo con su capacidad y su trabajo".
Salas está en contra de las cuotas para las mujeres porque considera que no debe existir discriminación de ningún tipo, ni positiva, ni negativa, es decir, que no por ser mujeres deben darles todo, ni por ello tampoco quitárselo.
Como anécdota cuenta que cuando el entonces ministro de Trabajo, el socialista Jesús Caldera, le llamó por teléfono para comunicarle la concesión de la medalla de oro del mérito al trabajo se le ocurrió comentarle que le venía bien tal concesión porque se trataba de una mujer, a lo que Margarita le contestó que en ese caso rechazaba la medalla, si bien Caldera tuvo que deshacer el entuerto aclarando que no se concedió por tal motivo.
Finalmente, se mostró congratulada por el estudio de científicos españoles dado a conocer este lunes sobre la leucemia, entre ellos el asturiano Carlos López-Otín, ya que no solo fue alumno suyo de genética molecular en la Universidad Complutense y "un brillante discípulo", sino que hizo el trabajo postdoctoral con su marido, Eladio Viñuela, con el que, según comentó, aprendió biología molecular.