El presidente israelí se disponía a presentar a Abás propuestas concretas y mapas sobre las eventuales fronteras del Estado palestino en el marco de un acuerdo de paz.
La entrevista contaba con “permiso y autoridad”, es decir, la luz verde de Netanyahu.
Sin embargo, cuando Abás y el jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erekat, se acercaban en coche al paso de Allenby el presidente palestino recibió una llamada telefónica de una persona próxima a Peres, Avi Gil.
Gil se disculpó y le explicó que Peres y Netanyahu habían conversado unas horas y que el primer ministro no da al presidente la flexibilidad necesaria para hacer propuestas de un cierto recorrido.