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El informe 2008-2010 de Icomos sobre patrimonio "en peligro" no menciona Sevilla ni la torre Pelli

Sí figura en el informe 2006/2007

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Un informe elaborado por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos por sus siglas en inglés), titulado "patrimonio en peligro" y correspondiente al periodo comprendido entre los años 2008 y 2010 no menciona el conflicto desencadenado en Sevilla a cuenta del proyecto promovido por la sociedad Puerto Triana, participada mayoritariamente por Cajasol, para construir una torre de 178 metros de altura en la isla de la Cartuja. La Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (Unesco), de su lado, ha requerido información sobre la evolución del proyecto y el "estado de conservación" de los monumentos hispalenses declarados Patrimonio de la Humanidad.

El documento en cuestión, recogido por Europa Press, no es otro que la publicación que periódicamente promueve la estructura internacional de Icomos en un "exhaustivo intento de monitorizar la situación del patrimonio cultural en todo el mundo, identificar sus riesgos y documentar sus pérdidas", tal y como señala en su preámbulo Francesco Bandarin, subdirector general de Cultura de la Unesco. En el documento figuran un total de 184 capítulos dedicados a conflictos de conservación del patrimonio en países de todo el mundo, además de un "reportaje temático" que analiza la crisis económica como nuevo factor de riesgo en la conservación del patrimonio arqueológico.


EL CASO DE SEVILLA, MENCIONADO EN LA ANTERIOR EDICIÓN

De cualquier modo, en el capítulo destinado a España, este informe solo da cuenta de un conflicto surgido en Salamanca dado el tratamiento recibido por unos restos arqueológicos descubiertos en el solar de Arroyo de Santo, donde el Colegio de Arquitectos proyectaba su Fundación Cultural. La memoria general de asuntos incluidos en las anteriores ediciones de 'Patrimonio en peligro', no obstante, sí da señala que en la publicación correspondiente a los años 2006 y 2007 figuran "comentarios" sobre "el rascacielos planeado" en Sevilla.

El proyecto, como es sabido, ha generado un intenso debate en la ciudad de Sevilla, toda vez que el enclave en el que ya se desarrollan los trabajos, en el sur de la isla de la Cartuja, dista aproximadamente 500 metros del borde del Conjunto Histórico Artístico de Sevilla y unos 1.500 metros del triángulo formado por La Catedral, los Reales Alcázares y el Archivo de Indias, monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad.

LA UNESCO ESPERA DETALLES

Cabe recordar, al respecto, que la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura ha requerido a España, como estado miembro, para que antes del 1 de febrero de 2012 entregue un informe sobre el "estado de conservación" de los monumentos de Sevilla declarados Patrimonio de la Humanidad: la Catedral, los Reales Alcázares y el Archivo de Indias. Dicho informe, asimismo, habrá de "incluir" detalles acerca de la "evolución" de esta torre promovida por la sociedad Puerto Triana y diseñada por el diseño del arquitecto César Pelli. Y es que la Unesco espera revisar el nuevo informe solicitado a España sobre este asunto en la XXXVI sesión de su Comité de Patrimonio Mundial.

El pasado mes de julio de 2010, el Comité Mundial de Patrimonio de la Unesco, reunido entonces en su XXXIV sesión en Brasilia (Brasil), daba cuenta de las conclusiones del informe elaborado por una comisión de expertos sobre los efectos de la construcción de la torre, diseñada por el arquitecto argentino César Pelli y de 178 metros de altura, sobre los monumentos de Sevilla declarados Patrimonio de la Humanidad. Aquel informe resolvía que esta iniciativa implica un "impacto negativo" en el paisaje histórico de la ciudad, pero al tiempo negaba "afección visual directa" sobre estos los tres monumentos hispalenses declarados Patrimonio de la Humanidad.

Examinado este informe, la resolución emitida entonces por el propio Comité Mundial de Patrimonio de la Unesco señalaba el "potencial impacto adverso" del proyecto sobre el "área de transición de la ciudad histórica". A tal efecto, el Comité Mundial de Patrimonio lamentaba que, desde el estado parte de la Unesco, en este caso España, no fuesen paralizados cautelarmente los trabajos de construcción, solicitando que el proyecto fuese "reconsiderado" para "evitar cualquier impacto posible adverso".


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