Mubarak está acusado de ordenar la muerte de manifestantes durante la revolución que lo expulsó del poder el pasado febrero, pero también de corrupción, abuso de poder y malversación de fondos públicos, al igual que las personas con las que comparte jaula en el tribunal.
"La Fiscalía pide la máxima pena para Mubarak y los demás acusados, que es la muerte en la horca", ha declarado el fiscal Mustafá Jater. En este sentido, ha recordado que el solo asesinato de una persona ya es susceptible de ser castigado con la pena de muerte, por lo que se ha preguntado "qué dirá el tribunal para un caso en el que cientos de personas han sido asesinadas".
El juez ha levantado la sesión hasta el próximo lunes, cuando presentarán sus conclusiones las defensas, después de que la fiscalía haya expuesto unos alegatos basados en que, aunque Mubarak no ejecutó directamente a ningún manifestante, sí incumplió su responsabilidad constitucional de proteger a la población.
El discurso de Jater ha levantado aplausos incluso dentro de la sala, donde algunos abogados han pedido "muerte, muerte" al grito de "Dios es grande". Muchos egipcios, algunos de los cuales se manifestaron de nuevo este jueves para reclamar justicia, confían en que el juicio sobre el que fuese presidente durante tres décadas sirva para cerrar heridas, aunque previsiblemente la sentencia no será tan dura como la que solicita la fiscalía.
La gran cantidad de testigos que han desfilado ante el juez, la complejidad de los cargos y la dificultad de la fiscalía para obtener pruebas concluyentes de las fuerzas de seguridad puede hacer que la defensa logre una condena inferior para Mubarak y sus compañeros de banquillo.
Un abogado de Habib al Adly, Mohamed el Gendi, ha criticado que "la fiscalía ha basado sus conclusiones en historias que no prueban firmemente que la persona acusada cometiese los crímenes".