"Esperamos todavía para el año que viene un ligero aumento, aunque no en tanta medida, de la tasa de desempleo debido a la caída prevista del PIB del 0,5% en 2013", apuntó la directiva, quien explicó que las previsiones de crecimiento para España manejadas por S&P auguran una mejora de la actividad del 0,3% en 2014 y del 1% en 2015.
"Estamos hablando de recuperación de la actividad, pero se trata de un crecimiento económico todavía bastante reducido que no podrá generar empleo neto hasta la segunda mitad de la decada", añadió Fernández de Heredia.
En este sentido, Marko Mrsnik, director de calificaciones soberanas de S&P para Europa, señaló que las reformas estructurales "son necesarias" por la falta de competitividad de la economía española, aunque subrayó que el efecto de estas medidas, como en el caso del mercado laboral, no se ven de manera inmediata.
De hecho, Mrsnik reconoció que la reforma del mercado laboral aprobada en España "probablemente tendrá un impacto negativo a corto plazo", añadiendo que la previsión de la agencia para este año es de una tasa de desempleo del 25%, ya que el potencial efecto positivo sobre el crecimiento económico se verá a medio plazo.
No obstante, la propia agencia de calificación identifica como uno de los factores negativos que pesan sobre las perspectivas de la economía española "la calidad de la renta disponible" por el aumento del paro, los recortes salariales, las subidas de impuestos y precios regulados, así como la reducción de servicios públicos.
"Todo esto supone una presión para las rentas disponibles y un descenso del consumo privado y público por la puesta en marcha de la consolidación presupuestaria", dijo Mrsnik.
S&P informó a última hora de este jueves de su decisión de rebajar en dos escalones el rating de España desde 'A/A-1' a 'BBB+/A-2' al entender que existen "riesgos significativos con respecto al crecimiento económico y a la ejecución presupuestaria", algo que podría repercutir negativamente en la calidad crediticia de España.
La agencia expresó en un comunicado su desconfianza en que España logre cumplir los objetivos de déficit previstos para 2012 y 2013, cuando prevé que el déficit presupuestario español se situará en el 6,2% y el 4,8%, respectivamente.