La organización juvenil Segi ha anunciado su disolución después de haber sufrido un intenso acoso policial en los últimos años que se traduce en cerca de 90 arrestos desde finales de 2009 tanto en España como en Francia, según los datos recogidos por Europa Press.
Según informan fuentes de la lucha antiterrorista muchas de las detenciones practicadas en este periodo demuestra las dificultades que a menudo se encontraban sus miembros huidos para integrarse en las filas de ETA fruto de la debilidad operativa y presupuestaria de la banda.
La considerada como cantera terrorista se había situado junto a Ekin --también disuelta desde octubre de 2011--, en las posiciones más duras en el debate interno del entramado etarra y las escasas acciones de kale borroka registradas en los últimos tiempos recibían el rechazo de la izquierda abertzale oficial.
El primer gran golpe a Segi tuvo lugar la noche del 23 al 24 de noviembre de 2009 cuando la Policía y la Guardia Civil desarrollaron en el País Vasco y Navarra una macroperación que se saldó con la detención de 36 personas de las cuales 31 terminaron ingresando en prisión. La investigación dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska determinó que Segi ejercía como la "academia terrorista".
En aquel operativo, el más numeroso sufrido jamás por la cantera etarra, fueron arrestados la mayoría de responsables de la organización juvenil ilegalizada y los que lograron huir fueron arrestados también en los meses sucesivos, algunos de ellos en Francia. El Ministerio del Interior difundió la foto de 14 de ellos de los cuales en la actualidad tan sólo tres permanecen en paradero desconocido.
EN LA CLANDESTINIDAD A CUENTA DE SUS FAMILIARES
Fuentes de la lucha antiterrorista informaron de que muchos de los fugados de Segi nunca llegaron a engrosar las filas de ETA, sino la 'lista de espera' de aspirantes a terroristas que conforman aquellos que no son acogidos por la dirección de la banda en Francia, bien por falta de infraestructura o sencillamente porque son rechazados por sus características. Podían permanecer durante meses escondidos en el sur de Francia a la espera de una señal o incluso recibiendo dinero de sus familiares.
Prueba de ello son algunos arrestos como los que se produjeron entre febrero y marzo de 2011 contra un grupo de ocho huidos de Segi que reaparecieron tras varios meses en la clandestinidad protagonizando un encierro en el sur de Francia para protestar públicamente contra sus órdenes europeas de detención y entrega. En junio de 2010 fueron también detenidos en Roma, otros tres integrantes de la cantera de ETA que llevaban meses fugados y que habían convocado una rueda de prensa.
La acción de las fuerzas de seguridad españolas y francesas impidieron a Segi reorganizarse ya sea mediante el goteo incesante de arrestos o por medio de nuevas operaciones de calado como las que tuvieron lugar en octubre y diciembre de 2010 en las que fueron arrestadas otras 22 personas en el País Vasco, Navarra y Cataluña.
La última detención contra Segi la llevaron a cabo las fuerzas de seguridad francesas. Tuvo lugar el pasado 28 de marzo con el arresto de Ibai Peña, reclamado por la Justicia española por su pertenencia a la cantera de la organización criminal.