Simple. Sencillo. Paseo casi militar del más agudo, de un José María del Nido que ni en la peor de las tormentas se tambalea. La Junta de Accionistas del Sevilla, que comenzó a las 18.15 horas y finalizó a las 01.00 hora, resume una patología muy dada en la medicina, aquella que se diagnostica cuando el enfermo no reconoce su enfermedad. Y el sevillismo, 'representado', o eso cuentan, en el accionariado de la entidad, anda mal, muy mal.
No es cuestión de desmerecer la gestión de un presidente que sin lugar a dudas es ya el más laureado de toda la historia del Sevilla, es simple observación sobre aquellos que deben alzar la voz cuando el gestor de una entidad, llámenla empresa, presenta a sus accionistas 15 millones de euros de déficit, además de arrastrar otros 4 millones en negativo en lo que va de ejercicio. Pues estas cuentas fueron aprobadas, y por amplísima mayoría. Nada más y nada menos que el 97% de los presentes dieron el 'ok' a los números.
Que hay que vender. Que el no pasear por Europa en los últimos tres años, ya sea por eliminaciones en previas o por no clasificaciones, es uno de los factores más directos de dichas pérdidas. Y sólo uno, Agustín Martínez, fue capaz de solicitar cara a cara la dimisión a Del Nido tras una etapa que catalogó el accionista de "loperización". Ahí el presidente sacó su peor cara en una noche donde campeó y enamoró con su elocuencia. Vulgar en su respuesta, le señaló como un accionista mediocre al tener únicamente dos acciones y además, esto fue peor, indicó que hasta hace dos días este señor entraba al Sánchez Pizjuán con un carnet prestado. Sólo en ese instante Del Nido se sintió ofendido.
Pero si lo de la aprobación de las cuentas es para ver y creer, de fe ciega fue lo de los nuevos miembros del Consejo (recuerdo, aprobado éste por el 97% del accionariado). José María González de Caldas Muñoz y Adriana Carrión Amate. Hijos de dos personajes del sevillismo que destacan, uno por su nefasta gestión como presidente en los noventa y por el enfrentamiento reconocido entre él y Del Nido, y el otro por ser supuestamente la oposición y mayor peligro del actual mandatario. Agudísimo. Dos vástagos con dos objetivos. El hijo de José María de Caldas, sportinguista y reconocido según lo leído en una de sus redes sociales, donde lo más parecido al Sevilla FC en sus comentarios es uno en el cual apunta que el brujo de la Sexta se parece un poco a Lopera en lo físico, fue murmullado al ser mencionado. Lo previsto y, seguramente, lo deseado por más de uno. Por su parte, con la llegada de Adriana Carrión asegura, una vez más, el posicionamiento del segundo máximo accionista de la entidad nervionense, Rafael Carrión. Así, protege la cosecha. Y pocos se han percatado de la inclusión de José María del Nido Carrasco en dicho Consejo. Claro, las críticas ya las recibía el apedillado como De Caldas. Maestría absoluta. Estratega como nadie.
Los Biris, presentes en la antesala del evento para protestar por la gestión del presidente, fueron atizados en la asamblea. Medidas de seguridad por obligación de la Subdelegación del Gobierno, serio apercibimiento de cierre del estadio y los cantos alzados en el derbi cuando se 'saltaban los tornos' que decían "Madrid Arena, Madrid Arena", bastaron para que el enemigo, por enésima vez, estuviera y quedara fuera.
Sí cabe valorar el gesto del hasta ahora consejero Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, que puso fecha de caducidad a su cargo en el Consejo, el 30 de junio, además de señalar que si los objetivos no se cumplen pondrá su cargo a disposición del presidente. Poco debió gustar esta situación a Del Nido, que pierde en el Consejo a uno de sus grandes escudos ante la afición, y no porque Monchi precisamente así lo desee.
Y poco más. Once años, el peor ejercicio de su mandato y una de las peores situaciones deportivas...¿Y? En esta asamblea el único que ganó fue José María del Nido y por una auténtica paliza. Comienza a ser de valorar la genialidad de un tuerto que sigue reinando con facilidad en el país de los ciegos.
