Imposible de creer es la noticia de la madre que ha sido declarada culpable por un Tribunal de Cardiff por el asesinato a golpes de su hijo de siete años. El niño había sido inscrito en la mezquita local para convertirse en un experto en el Corán. La mujer mató al niño porque éste no pudo memorizar algunos pasajes del libro sagrado.
Lo primero que he pensado es que hasta los animales irracionales cuidan y defienden a sus hijos de cualquier peligro. Debería ser imposible que una madre mate a su hijo y menos por ser incapaz de memorizar algo, por muy importante que fuera ese algo.
Sigo leyendo la noticia y descubro que la madre era licenciada en matemáticas por alguna institución de enseñanza de la India, lo que dice que la mujer había recibido algún tipo de cultura. Más adelante leo lo que me parece que pudiera ser la clave y es que la propia madre cuando era pequeña había participado en competiciones de conocimiento del Islam y había recitado el Corán y que actualmente se había vuelto cada vez más frustrada por la incapacidad de su hijo para seguir sus pasos.
Esta madre, desgraciadamente para ella y para todos los que la rodean, era una fanática, su fanatismo estaba por encima de la maternidad. No considero que sea una fanática porque fuera musulmana. Fanáticos hay o ha habido entre los cristianos, los musulmanes y los judíos. Fanáticos existen en todas las culturas y en todos los tiempos. Fanáticos hay en todos los países del mundo.
El fanatismo es un mal que se instala en algunas personas. La propia madre de la que nos ocupamos ha confesado que se sentía "poseída por los malos espíritus", esto es una forma de disculpa para decir que sentía un poder incontrolable que no le permitía aceptar a su hijo y que no veía realizadas las esperanzas que había puesto en él. Su hijo era un objeto a manipular y no otra persona.
El fanático es el que nos quiere hacer comulgar con lo que él comulga y no admite otra forma de pensar, no tolera que otros piensen o sean diferentes. Además son tan buenos y nos quieren hacer tanto bien que quieren que aceptemos su verdad y para ello emplean cualquier método. Aunque sea matarnos como ha hecho esta madre con su hijo.
Todos debemos ponernos en la situación del otro, en la situación del marido, en la situación del contrincante político, en la situación del amigo, tratar de comprender al prójimo, hay que dialogar no hay que imponer.
Creo que las personas más débiles mentalmente son las que pueden presentar más facilidad para caer en los fanatismos, por eso los políticos deben trabajar en proporcionar a todo el mundo el acceso más amplio a la cultura y al conocimiento para adquirir hábitos y capacidades que como miembros de una sociedad plural podamos vivir todos juntos en armonía y aceptándonos unos a otros.
¡La diversidad nos enriquece!