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Desarticulan una banda acusada de 90 robos en viviendas en España e incautados objetos por 1 millón

Posible autora de unos 200 robos en casas de Cantabria, Madrid, Orense, Barcelona, Tarragona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Córdoba

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Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han detenido a 24 personas, miembros de una organización estructurada dedicada al robo con fuerza y violencia en viviendas de toda España, y, en 14 registros en domicilios y locales, se han incautado de nueve lingotes de oro artesanales con un peso de 4,5 kilos, joyas, 200 relojes de marca, dinero, ocho vehículos de alta gama y otros efectos por un valor aproximado de un millón de euros.

   La operación, que ha dado a conocer este miércoles el delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, acompañado de altos mandos de la Policía y la Guardia Civil, sigue abierta, ya que se calcula que la organización puede ser autora de al menos 200 robos cometidos en viviendas de Cantabria, Madrid, Barcelona, Tarragona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Córdoba y Orense.

   En este sentido, tampoco se descartan nuevas detenciones que se suman a las 24 actuales por robo con fuerza y violencia, receptación, blanqueo de capitales y falsificación documental.


   El cabecilla, de nacionalidad macedonia pero que residía en Pobla de Vallbona (Valencia) y anteriormente lo había hecho en la localidad cántabra de Colindres, tenía la cobertura legal de un restaurante y un lavacoches, que no estaban a su nombre. Así, como "no tenía medio de vida" aparentemente, y a pesar de que se estaba construyendo un chalet en Valencia y poseía dos coches de alta gama, recibía ayuda familiar y sus hijos, becas de estudios. Actualmente está preso en el Penal del Dueso, en Santoña.

   De hecho, la mayoría de los detenidos carecía de antecedentes penales en España. Ahora que se conocen sus identidades y que se ha comprobado que en algunos casos sí los tenían en sus países de origen, se sospecha que podrían ser también los autores de varios robos en Levante.

   La organización estaba estructurada en células de cuatro o cinco personas que cometían entre tres y cinco atracos en una misma tarde. Su 'modus operandi' era polivalente, utilizando distintas técnicas según su conveniencia pero siempre con extremadas medidas de seguridad para evitar ser detectados y "controlando mucho" el entorno como prueba que siempre utilizaban coches de gran cilindrada para salir huyendo con el botín y que no se les pudiera perseguir.

   Así, robaban por las tardes tanto en viviendas unifamiliares como en pisos que habían localizado por la mañana. Uno de ellos se quedaba en el coche a vigilar y el resto entraban en el domicilio bien a través de la puerta o la ventana por el método del "escalo" (en el caso de chalets) o fracturando el bombín de la cerradura, en los pisos.

   Trataban de evitar los domicilios habitados pero cuando se encontraban con sus moradores no dudaban en emplear la violencia, como así sucedió en tres robos en Cantabria, Castellón y Valencia, en uno de los cuales se empleó un arma blanca.

   Según Chamorro, el lema de la organización era 'dedicación exclusiva y pensión completa', ya que sus miembros residían en Pobla de Vallbona o pueblos de las inmediaciones, "se iban cuatro o cinco días por España, cometiendo varios robos diarios, entregaban el material robado y regresaban a casa a descansar. Y así otra vez".
HECHOS

   La investigación comenzó en octubre de 2012 a raíz de varias denuncias por robos en distintas viviendas ubicadas en la comunidad cántabra. En este sentido, el coronel de la 13 Zona de la Guardia Civil, Justo Chamorro, ha afirmado que las "grandes oleadas de robos" que sufrió Cantabria el año pasado, incluida la de Mompía, eran obra de esta organización, que se ha dado por desarticulada.

   Tras haber localizado a los autores de un robo con violencia en un domicilio de Reinosa (Cantabria) en octubre, se identificó al receptador de los efectos sustraídos, un hombre de origen macedonio que vivía en esta comunidad con su familia, y que en la actualidad había trasladado su residencia a Pobla de Vallbona (Valencia).

   Como actuaban tanto en viviendas unifamiliares como en pisos, en una demarcación que abarcaba toda la comunidad autónoma y por tanto, a Policía Nacional y Guardia Civil, ambos cuerpos iniciaron una investigación conjunta que descubrió un entramado que giraba en torno a este receptador de objetos robados en viviendas.

   El objetivo principal de estos robos era dinero y joyas o cualquier otro efecto que tuviera una salida rápida en el mercado a través de negocios de compra-venta de oro y joyerías para la fundición. En otros casos eran remitidas a Rumanía u otros países de Europa, fundamentalmente Bélgica, donde se daba salida a los diamantes y relojes, y Rumanía.

   La partida de un cargamento de efectos robados que iba a salir desde Cambrils (Tarragona) a mediados de enero precipitó la operación. El vehículo se interceptó y se intervino en el mismo gran cantidad de joyas, lingotes de oro y relojes de primeras marcas ocultos en su interior, por lo que se procedió a la detención de un hombre de nacionalidad belga.

   A finales de enero se localizó en un hotel de Cantabria una de las células compuesta por cuatro ciudadanos rumanos. En el momento de la detención, dos de ellos saltaron por la ventana pero fueron interceptados. Se encontraron joyas en el interior de un calcetín, ocultas en el exterior del hotel, que procedían de un robo perpetrado en esos días en Cantabria.

   Pocos días después, coincidiendo con el inicio del operativo, se detectó en Castro Urdiales otra célula desplazada, recientemente asentada en esta localidad, y se detuvo a otras dos personas a las que se intervinieron joyas procedentes de robos en domicilios.

   Tras las anteriores detenciones y para evitar la fuga del núcleo  asentado en Valencia, se organizó una intervención simultánea, en la que participaron unos 250 agentes, en viviendas y establecimientos de la Pobla de Vallbona, Silla, Algemesi y Alzira (Comunidad Valenciana) en la que se detuvo al resto de la organización, de diferentes países del Este de Europa, y se intervino gran cantidad de joyas, dinero, material informático, de imagen y sonido, balanzas de precisión y turismos de alta gama.

   En uno de los registros, para evitar su detención, una de estas personas saltó por una ventana que da a un patio interior de una vivienda, quedándose encaramado en la ventana del piso inferior, por lo que tuvo que ser auxiliado por los agentes.

   En febrero se actuó sobre otra parte de la organización que estaba asentada en Cambrils (Tarragona) y se detuvo a un ciudadano francés y otro italiano. Se registró un chalet donde se encontraron, enterradas en el jardín, 160.000 euros y numerosas joyas.

   La última detención realizada fue en la localidad de Los Corrales de Buelna (Cantabria), un ciudadano español encargado de marcar objetivos de robos a las células que se trasladaban a Cantabria.

   El delegado del Gobierno ha destacado la colaboración "ejemplar" de Policía y Guardia Civil, que ha dado como fruto la desarticulación de "esta peligrosa organización criminal que actuaba a nivel nacional".
EN LA CÁRCEL LOS QUE VIENEN A ROBAR A CANTABRIA

    Ruiz ha asegurado que "la delincuencia en Cantabria no tiene cabida" y ha insistido, junto con el jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía en Cantabria, Javier Peña, en que la seguridad, tanto de los ciudadanos como de sus bienes, es una "prioridad máxima" del Gobierno. Por eso, el delegado ha pedido a los cántabros que confíen en el trabajo "callado y sacrificado" de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en el que es "fundamental" la colaboración ciudadana.

   En este sentido, Justo Camorro ha advertido que "al final terminan en la cárcel los que vienen a robar a Cantabria".
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