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Huelva

Huelva camina con su cantera

Trofeos para los tres diestros en una buena tarde de sabor onubensísimo

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  • por la puerta grande -

Una tarde de Huelva, de las que hacía tiempo que no se vivían en el coso de La Merced. Tres novilleros de la provincia, y el público choquero. Olor a Huelva. Olor a marisma taurina. Un cartel con aromas de juventud, de sueños, y de oportunidades. El mejor espejo posible para su futuro. Y la gente, "su" gente, respondió. Y tanto que respondió. Tres cuartos de entrada para un buen comienzo de Feria Colombina.

David de Miranda, de blanco y azabache, recibió al primero de la tarde, dejando los primeros destellos de la Feria con el capote. "Jaleante", negro listón, le propicionó un par de sustos durante la faena que no dejó más que en una anécdota la lidia del triguereño. Un novillo sin compás alguno, peligroso, y con un recorrido un tanto irregular que endureció la faena al novillero en forma de enganchones. David comenzó una faena trabajada desde los medios, con buenos pases con la derecha, e intentando un sin fín de maneras para sacarle algo al novillo. Estocada entera, que le propicionó la primera oreja de la feria. El público pidió la segunda, pero la Presidencia se la negó.
El segundo, fue el peor de su lote. Una faena lenta, como el mismo novillo, con todo y con eso aprovechó las tandas con su derecha para exprimirle el poco jugo que tenía. Exprimido hasta el final, donde metió al coso hasta dentro, como la estocada. Entera. Dos orejas, y puerta grande para David de Miranda.

"Corresendo" fue el primero del lote de Juan Ramón Jiménez, un novillo malo en los comienzos que perdió un par de veces las patas, con la consecuencia de los primeros pitos del respetable. Buena faena, dedicada a su madre, con elegancia, suavidad, y buscando profundidad al del hierro de José Luís Pereda. Mejor con la derecha, donde encontró el tiempo y la distancia adecuada al novillo, con la peligrosidad que éste requería. Dos pinchazos, que no pudieron transformarse en la una oreja. Palmas.
Y en el segundo de su lote, explotó el festejo. El auge llegó hasta más allá de lo inimaginable. Juan Ramón se lució con el mejor novillo de la tarde. "Caminante". "No hay camino", decía Machado; pero este caminó, tanto que la locura se inundó de la plaza por momentos. De rodillas con el capote, y con banderillas en mano, hicieron presagiar lo mejor hasta el momento. El novillo de La Rosaleda obedeció en todos los engaños, y humilló hasta el final. Pases de rodillas, al natural y de pecho, conjugaron la elegancia y torería del joven onubense en cada una de sus tandas. Estocada a la primera, y dos orejas. El público pidió hasta el rabo para Juan Ramón. Puerta Grande de la que no se olvidará.


"Poetiso" no quiso rimar con Alejandro Conquero, ni el fandango desde el público hicieron una lidia de romance. Jesús Carvajal saludó en su par de banderillas, las mejores de la tarde. El tercero de la tarde, no conjugó con el público onubense, ni dejó el sitio necesario para su faena. Distraído, sin fuerza, y poca profundidad. Pero el destino se cruzó a la hora de matar, y Alejandro con una gran estocada se ganó una oreja que la merecía. Una oreja.
Alejandro cerró la tarde a puerta gayola con el capote de paseo, con el que se llevó un pequeño susto con el novillo a su salida. La cuadrilla volvió a dar un recital en el tercio de banderillas, que se volvieron a llevar la ovación de los presentes. Una faena que no volvió a cuajar con el público ya frío. Palmas en su despedida.

Ficha del festejo:

Plaza de Toros de La Merced. Tres cuartos de entrada. Novillos de La Rosaleda (1º y 5º), José Luís Pereda (2º y 3º), La Dehesilla (4º y 6º). Poco manejables. El quinto, el mejor de la tarde. David de Miranda (Blanco y Azabache): Oreja, y Dos orejas. Juan Ramón Jiménez (Rosa y Oro): Palmas, Dos Orejas. Alejandro Conquero (Capote y Oro): Oreja, Palmas.

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