Un hombre, de iniciales A.M.S., se enfrenta a una condena de ocho años de prisión por un delito continuado contra la libertad sexual por presuntamente haber abusado en repetidas ocasiones de su hijo, cuando el niño tenía cuatro, en los días acordados en el régimen de visitas pactado con su expareja.
En la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada, el procesado, de profesión camarero, ha negado haber sometido a abusos al niño y ha indicado que sólo le hacía diversos gestos de cariño "propios de un padre" y que en ocasiones lo bañaba y se duchaba con él.
Sin embargo, la Fiscalía le acusa de haberse aprovechado de la "especial vulnerabilidad" del menor y de haberle sometido a la exhibición de películas pornográficas y de haber abusado sexualmente de él en los días en los que, por el régimen de visitas acordado con su expareja, de la que se separó por un problema con la bebida en 2006, se había trasladado a la vivienda del padre.
Según la acusación del Ministerio Público, la situación se prolongó por aproximadamente un año, hasta que se presentó denuncia por estos hechos, que habrían provocado en el menor un "comportamiento agresivo", y un lenguaje "sexualizado" impropio para su edad.
Tras la declaración del procesado, el tribunal ha visionado un vídeo del niño con una trabajadora social a la que reconoce que su "papá" se quitaba la ropa, incluida la interior, haciendo alusiones a posibles actos sexuales por su parte.
Las psicólogas que atendieron y evaluaron al menor han indicado que el niño presenta falta de atención y han manifestado que fue muy difícil que verbalizara las situaciones presuntamente vividas con el padre, si bien concluyeron que presenta una sintomatología compatible con abusos sexuales.
La madre del niño, que ha comparecido como testigo, ha pedido ante los magistrados que no se le imponga al que era su expareja pena de cárcel porque, según ha dicho, "siempre se ha portado muy bien" con ella.
Según ha relatado, ella llamó a la hermana del acusado cuando observó que su hijo se comportaba de manera extraña, reproduciendo ciertas escenas que aseguraba había visto en la casa de su padre. Entonces la hermana, que no tenía buena relación con el acusado, se puso en contacto con los servicios sociales, iniciándose el protocolo correspondiente a situaciones de abusos sexuales a menores.
La hermana, citada como testigo se ha negado no obstante a declarar, acogiéndose así a este derecho. Por ello, el fiscal ha considerado esencial que compareciera su hija, la sobrina del inculpado, que, pese a haber sido citada, no ha acudido a la sede judicial por encontrarse en Londres.
Así, el tribunal, presidido por el magistrado Jesús Flores, ha acordado citar de nuevo a la joven, y ha suspendido la sesión hasta el 25 de octubre.
