El PSOE de Jaén liderado por Francisco Reyes ha logrado desquitarse, gracias al congreso extraordinario que ha elevado a los altares políticos a Susana Díaz, de la amarga experiencia del cónclave regional anterior en el que la posición crítica frente a Griñán le dejaron fuera del escenario, a la intemperie, con las consecuencias que de esa situación se han derivado, y no solo en el ámbito orgánico, sino que se ha visto reflejado igualmente en el institucional, ya que ni en uno ni en el otro el PSOE de Jaén ha tenido relevancia. Esto se ha traducido en la acción política práctica para los intereses de Jaén, en que hemos asistido al ninguneo que se ha practicado con esta provincia en la era Griñán, hay que decirlo con rotundidad porque se corresponde con la realidad de los hechos, como es fácil de demostrar. Con la llegada del ciclón Susana Díaz se ha producido una relación positiva de intereses, a la nueva responsable de la Junta y del PSOE andaluz, le viene muy bien el ascenso hasta la misma cumbre desde la unidad, como así ha sido, y a los socialistas de Jaén, escarmentados de la experiencia fallida, les urge recobrar poder y peso político, tener interlocución en el Ejecutivo y en el partido, y situarse de nuevo en la normalidad que le corresponde a una agrupación históricamente influyente. Jaén ha logrado aupar a Micaela Navarro, nada menos que a la presidencia, es uno de sus grandes activos, política bien valorada y a la que desfenestró la anterior contienda, y meten cabeza en la ejecutiva Manuel Fernández y Lola Marín. Ahora no hay excusa, el PSOE está obligado a dar la cara por Jaén y recuperar el tiempo perdido.
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