Arrepentidos los quiere Dios y el primer paso lo dio ayer el presidente del Betis, Miguel Guillén, en la tradicional comparecencia ante los medios de comunicación en el marco de la tradicional comida de Navidad del club
Sobraron las preguntas incisivas porque el mensaje institucional que quiso transmitir el máximo dirigente bético estaba claro: "Lo que corresponde como presidente es pedir disculpas a la afición por no haber sido capaces a estas alturas de conseguir que todos estemos ilusionados. De momento, hemos hecho muchas cosas malas y estamos intentando revertir esta situación. Asumimos los errores y damos la cara”, declaraba.
Una de las cuestiones que se le plantearon al mandatario heliopolitano fueron por ejemplo, la de la dimisión del director deportivo, Vlada Stosic, todo un clamor de la grada en el encuentro frente al Lleida del pasado miércoles: "El Betis es un equipo, no las personas que ahora mandan. Asumimos las críticas por no haber estado a la altura. Todos somos responsables de esta situación, no es el momento de cuantificar qué grado de culpa tiene cada uno. Nadie ha presentado su dimisión. No queremos ser ratas bajándonos del barco cuando se ha abierto una vía de agua importante. Pondremos todas las medidas económicas para salir de esta situación complicada”, argumentaba.
A colación de lo anterior, Guillén quiso hacer un llamamiento al beticismo para que se traslade mañana sábado en el vital choque frente al Almería: "Puedo comprender el enfado hacia el palco, hacia el presidente, Bosch, Vlada Stosic, pero por favor, vamos a apoyar durante los noventa minutos a los jugadores. Pido que seamos todos conscientes de que el Betis, el primer equipo, lo necesita. El Betis no es ni Guillén, ni Bosch, ni Stosic, ni Lopera”, aseveró.
Para finalizar, el presidente verdiblanco hizo referencia a las últimas apariciones opositoras: "Si la situación deportiva sigue delicada vamos a seguir padeciendo declaraciones de personajes que quieren al Betis para intereses particulares”, concluía.
