El edificio del Palacio de Capitanía fue escenario el pasado miércoles de un acto en el que el Gobierno de Extremadura donó el cuadro Mi bandera, del pintor Augusto Ferrer-Dalmau, a la Infantería de Marina española.
La ceremonia contó con la presencia del consejero de Administraciones Públicas del Gobierno de Extremadura, Pedro Tomás Nevado-Batalla Moreno, el alcalde de San Fernando, José Loaiza y el comandante general de la Infantería de Marina, general de división Pablo M. Bermudo, entre otras autoridades civiles y militares.
La obra de Ferrer-Dalmau representa la disciplina, el arrojo y la valentía demostrados por el granadero Martín Álvarez durante la heroica defensa de la Bandera del navío San Nicolás de Bari, en la Batalla del Cabo San Vicente contra el inglés el 14 de febrero de 1797, cuando toda la dotación del buque había perecido o yacía malherida.
El héroe extremeño
Martín Álvarez Galán nació en Montemolín (Badajoz) en el año 1766. Tras alistarse en 1790 en la 3ª Compañía del 9º Batallón de Marina, participó en la Batalla del Cabo de San Vicente que enfrentó a los buques de la Armada española, aliada en este momento de Francia, con los de la escuadra inglesa de los almirantes Nelson y Jerwis.
Iniciada la lucha contra el navío inglés Captain, Martín Álvarez ocupaba el puesto de escolta de la bandera en la toldilla del navío San Nicolás de Bari. El granadero arremetió, uno tras otro, contra los ingleses que trataron de arriar la enseña española y sólo cuando no quedaba en pie ningún miembro de la dotación, los ingleses pudieron arriar el pabellón del buque español.
Se cuenta que el almirante Nelson ordenó que se le arrojara al mar envuelto en la bandera que con tanto ardor y bravura había defendido, hecho que no ocurrió al advertir los ingleses que continuaba con vida, tras lo cual lo evacuaron a un hospital del sur de Portugal y curaron sus heridas.
Una vez restablecido, se reincorporó de nuevo al servicio de la Infantería de Marina donde sirvió hasta su fallecimiento en 1801.
En homenaje a esta heroica acción y por Real Orden de 12 de diciembre de 1848, se dispuso que permanentemente hubiera en la Armada un buque con la denominación de Martín Álvarez.
Treinta años después, otra Real Orden estableció que este insigne granadero figurase constantemente en la nómina de revista de la Primera Compañía del Primer Batallón, sito ahora en el Tercio de Armada de San Fernando.
En el año 1938 su pueblo natal, la Villa de Montemolín, le dedicó al lado de la ermita de Nuestra Señora de la Granada un paseo con su estatua. Las placas del monolito fueron hechas en bronce fundido de viejos cañones, donados por la Comandancia de Marina de San Fernando.
El cuadro Mi bandera quedará ahora a buen recaudo, puesto que la intención es que se coloque en el propio despacho del comandante general de la Infantería de Marina.