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Sevilla

Contra viento y marea

Tres toreros. Tres maneras de arramplar sentimientos de una tacada. Tres estilos. Tres formas de desnudar su alma. Así ha transcurrido la primera de Colombinas en la que Ponce, Fandiño, y Talavante han luchado contra viento

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  • Colombinas -

Tres toreros. Tres maneras de arramplar sentimientos de una tacada. Tres estilos. Tres formas de desnudar su alma. Así ha transcurrido la primera de Colombinas en la que Ponce, Fandiño, y Talavante han luchado contra viento y marea un encierro de José Luís Pereda que no ha terminado de convencer en los tendidos. Tres astados válidos, uno para cada espada, que llenaron la tarde (noche) de detalles toreros. Los otros tres, nulos, aguaron un cartel rematado, que al final quedó en éso. Contra viento y marea.

A Enrique Ponce le tocó la niña bonita (al primero no le pudo dar un pase) con el cuarto de la tarde. Un negro mulato noble, que fue de menos a más, y con mucha clase. Llevándolo a los medios flexionando la rodilla, comenzó una faena de arte y oficio. Con la tranquilidad que le atañe su veteranía, toreó de salón sobre el albero de la Merced. Palmas por Huelva para una faena en la que manejó las dos manos como si de la misma se tratara, creciéndose en cada tanda de naturales, al igual que el toro. El temple y la distancia, fueron las caricias para acoplarse a un animal que humilló tras el tercio de varas. Con todo y más, el de Chiva no veía el final de la faena tras dos tandas insuperables por abajo y una lentitud de pases para enmarcar. Oreja tras pinchar, y una ovación que reclamaba su nombre acartelado en Colombinas con más asiduidad.

Lo de Fandiño este año es para quitarse el sombrero. Una evolución en su concepto del toreo le ha llevado a estar entre las figuras del escalafón. Y le valen casi todos los toros. Como el primero de su lote. Un colorao de La Dehesilla que no le puso la pelea fácil. Tiró de oficio el de Orduña dejando crudo en varas al animal. Eso sí, el astado humillaba y tenía recorrido. Iván lo aprovechó con tandas muy profundas que llegaron en los primeros compases de la faena al respetable onubense. Concluyó la faena con una tanda de manoletinas y una concentración exquisita en su fachada de luces que mostró durante su estancia en el ruedo. Estocada entera que le valió para tocar pelo. En su segundo, le sacó con el capote cinco verónicas a un toro noble que se paró muy pronto y dió por finalizada la lidia de Fandiño.

Talavante se fue de vacío de la Plaza de la Merced en cuanto a trofeos. No sin antes de arramplar en naturalidad y despaciosidad ante otro toro bien presentado (como toda la corrida), el tercero de la tarde, y último antes de la noche. Brindó el único quite de la tarde, y lo hizo para él. Puro y transparente. A gusto toreó Alejandro en el centro del albero. Hiló una faena lenta, silenciosa, tan templada como la manecilla de un reloj marca cada segundo. Otro colorao de Pereda que no le faltó la fuerza, la clase, y la nobleza. Dos pinchazos le quitaron al extremeño una Puerta Grande que tenía amarrada y se le antojaba necesaria.

Ficha del Festejo:

Plaza de Toros de la Merced (Huelva). Primera de Colombinas. Más de media plaza. Toros de José Luís Pereda y La Dehesilla.

Enrique Ponce: Silencio, y Oreja tras aviso.
Iván Fandiño: Oreja, y Silencio.
Alejandro Talavante: Ovación, y Palmas

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