Decir que el arte es en ocasiones un ejercicio espontáneo, que se inspira en lo más insignificante o en lo más sofisticado, no es un secreto. En la asociación fotográfica arcense Fo-Cal bien lo saben; por eso, cada uno a su libre albedrío, a su aire, ha presentado una, dos o tres fotografías para la nueva entrega de Inquietudes, un nombre ya familiar porque en realidad se trata de una serie que dio comienzo hace ya cinco años y que de algún modo viene a abrir simbólicamente el nuevo curso para estos artistas del retrato.
Casi medio centenar de buenas fotografías se expone estos días en el salón de la fundación Víctor Marín: paisajes, rostros anónimos, una solitaria bodega, pasos alineados, una planta, una sugerente estancia… En fin, cualquier cosa es motivo de arte, de fijarse atentamente con el objetivo de una cámara y mostrar finalmente un producto tan personal como atípico, pero que, como toda la obra de arte, entraña un mensaje y una sensibilidad.
El público podrá visitar esta exposición hasta el 24 de noviembre: casi todo un mes por delante para redescubrir el talento de Fo-Cal, donde, por cierto, son cada vez más los jóvenes que participan aportando otra visión de la vida, otras inquietudes. Por lo pronto, hasta quince fotógrafos nos regalan parte de su obra, que es también parte de sus vidas, incluso recuperando la técnica analógica, como en otros tiempos no demasiado lejanos.
La inauguración de la muestra contó con la presencia del alcalde de Arcos, José Luis Núñez; el delegado de Cultura, Domingo González, y otros miembros del equipo de Gobierno, que agradacieron la colaboración a todos los fotógrafos que han hecho posible la muestra.
El público podrá visitar esta exposición hasta el 24 de noviembre: casi todo un mes por delante para redescubrir el talento de Fo-Cal, donde, por cierto, son cada vez más los jóvenes que participan aportando otra visión de la vida, otras inquietudes.