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El Reino Unido se prepara para un nuevo "Parlamento colgado"

La ausencia de una mayoría suficiente en la Cámara de los Comunes, lo que en este país se conoce como "hung Parliament"

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Las ajustadas encuestas electorales en el Reino Unido predicen un complejo escenario político tras los comicios del 7 de mayo que obligará al ganador, ya sea el partido conservador o el laborista, a buscar apoyos para formar gobierno por segunda legislatura consecutiva.

La ausencia de una mayoría suficiente en la Cámara de los Comunes, lo que en este país se conoce como "hung Parliament" (un "Parlamento colgado"), obligará a los dos partidos mayoritarios a compartir poder con formaciones como los independentistas escoceses de Nicola Sturgeon, los liberaldemócratas de Nick Clegg o el eurófobo UKIP de Nigel Farage.

Los sondeos, equilibrados en porcentaje de votos, proyectan una ventaja de algo más de una docena de escaños para el actual primer ministro, el conservador David Cameron, que ha gobernado en coalición con el Partido Liberaldemócrata desde 2010.


Esa apretada victoria no le permitiría mantener automáticamente las llaves de Downing Street, sino que abriría un enredado proceso de negociaciones en el que no está asegurado que pueda lograr los apoyos necesarios para mantenerse en el cargo.

Si gana, Cameron dirigirá primero la vista hacia Clegg, su actual socio, aunque éste no parece estar por la labor de volver a respaldar a los "tories" tras la sangría de votos y afiliados que le ha costado su pacto de Gobierno esta legislatura, y se mantiene equidistante entre los laboristas y los conservadores.

Aunque Cameron lograra convencerle, el descontento del electorado "libdem" dejará al partido con menos de la mitad de los escaños que posee ahora -pasará de 57 a cerca de 27-, un peso insuficiente para otorgar a los conservadores la mayoría que necesitan.

El siguiente en la lista de apoyos posibles será el populista UKIP, que se hará previsiblemente con cerca del 15 % de los votos en el Reino Unido con su discurso contra la Unión Europea (UE) y la inmigración.

Con todo, debido al sistema electoral británico, en el que un solo diputado pasa el corte en cada circunscripción, el UKIP parece abocado a obtener entre tres y seis asientos en Wesminster, por lo que difícilmente será una ayuda crucial para los conservadores, que por ahora rechazan la posibilidad de cualquier acuerdo con ellos.

El Partido Democrático Unionista (DUP), que obtendrá cerca de nueve escaños en Irlanda del Norte, será la última opción para los "tories", que sumando todos los apoyos posibles llegarían, según las últimas encuestas, a unos 319 diputados, por debajo de los 326 que marcan la mayoría absoluta.

Esas cifras pueden quedar aún más ajustadas, sin embargo, dado que la pugna por determinadas circunscripciones todavía debe decidirse.

En concreto, el peso del UKIP, cuyos candidatos están en segunda posición en más de 100 circunscripciones inglesas, no se podrá valorar con certeza hasta que los ciudadanos depositen sus votos en las urnas.

En la práctica, además, la mayoría necesaria para la investidura es menor a 326 votos, dado que el Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA, con 5 escaños hasta ahora en los Comunes, renuncia a participar en la política británica, mientras que el presidente del Parlamento y los vicepresidentes también suelen quedar fuera de la votación.

La aritmética resultaría algo más sencilla si los laboristas logran darle la vuelta a las encuestas en los 54 días que quedan para los comicios.

En ese caso, el Partido Nacionalista Escocés (SNP), crecido tras el referéndum sobre la independencia del pasado septiembre, jugará un papel crucial en la política del Reino Unido.

Los nacionalistas esperan barrer prácticamente del mapa a los laboristas en Escocia y hacerse con cerca de 53 escaños en los Comunes -uno de ellos destinado al exministro principal Alex Salmond-.

Sturgeon no quiere caer en la misma trampa que Clegg en 2010 y difícilmente aceptará entrar en un Gobierno con el laborista Ed Miliband, sin embargo no descarta facilitar su entrada en Downing Street y negociar después su apoyo en medidas concretas.

La suma de laboristas e independentistas escoceses se acercaría a 320 escaños, una mayoría que acabaría de redondearse con el favor del Partido Verde, los galeses del Plaid Cymru y probablemente de los liberaldemócratas.

Si bien Miliband trata de acallar el debate sobre pactos postelectorales, la posibilidad de que el SNP sea decisivo en Londres centrará en parte la campaña electoral.

A los nacionalistas les interesa avivar esa posibilidad para llevarse en Escocia votos que hasta ahora eran laboristas, mientras que a Cameron le conviene azuzar en Inglaterra el miedo a que Miliband ceda poder a quienes quieren "romper el país".

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