Un jurado popular será el encargado de dictar un veredicto de culpabilidad o no culpabilidad para el hombre acusado de matar a su hijo a golpes con una machota, y después trasladarlo a su habitación, limpiar los restos de sangre y ponerse a ver la televisión.
Antes de la celebración de la vista, fijada para el 25 de mayo, 36 candidatos a jurados elegidos previamente mediante un sorteo informático deberán comparecer en la sala de vistas, de entre los cuales saldrán finalmente los once miembros -nueve titulares y dos suplentes- que formarán parte del Tribunal del Jurado.
Cada uno de los citados comparece ante el presidente del Tribunal y se somete a preguntas del fiscal, la defensa y acusación, que determinarán si existe alguna causa de recusación que impida que formen parte del jurado.
Una vez terminada esta fase de selección del jurado, que se celebra a puerta cerrada, comenzará el juicio, han indicado a Efe fuentes judiciales.
La fiscalía malagueña ha solicitado 18 años de cárcel para el procesado, en prisión provisional por estos hechos, al considerar que ha cometido un delito de asesinato con la circunstancia agravante mixta de parentesco, según el escrito acusatorio.
El acusado cometió presuntamente el crimen el 17 de enero de 2014 en su domicilio conyugal en la localidad malagueña de Antequera aprovechando que su mujer había salido y que su otro hijo estaba durmiendo la siesta.
El ministerio público relata que la relación entre el acusado y su hijo estaba muy deteriorada debido a los continuos enfrentamientos y episodios violentos derivados del consumo de drogas por parte de la víctima, que tenía 40 años.
En la tarde del 17 de enero de 2014, después de comer, sobre las 15.30 horas, "sin que mediara ningún tipo de discusión", el procesado cogió una machota que tenía en su dormitorio y se dirigió al salón donde estaba su hijo tumbado en el sofá viendo la televisión.
Una vez en el salón, el acusado se acercó por la espalda a su hijo y con intención de acabar con su vida lo golpeó varias veces en la cabeza.
Tras cometer el crimen, el acusado limpió los restos de sangre del salón y trasladó el cuerpo de su hijo a su dormitorio, se marchó a la calle y tras unos quince minutos regresó al domicilio.
De nuevo en la vivienda, el acusado estuvo en el salón viendo la televisión en compañía de su mujer y su hijo sin hacerles ningún tipo de comentario de lo sucedido hasta que, sobre las 17.30 horas, se personó la Policía Local.
Los agentes habían ido a la vivienda para controlar el cumplimiento de la pena de localización permanente impuesta a la víctima, momento en el que el acusado reconoció que había golpeado a su hijo con una machota.