Cientos de personas desfilaban el pasado viernes por la iglesia de San Agustín en una auténtica peregrinación. El besapié a la sagrada imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno era el reclamo.
Desde las nueve de la mañana el gentío ya empezó a llegar al templo, en un itinerario fervoroso que continuó durante toda la tarde hasta la hora de la misa pronunciada por el director espiritual de la hermandad, el sacerdote Jesús Lozano Pozo.
Los miembros de la junta de Gobierno de la cofradía permanecieron atentos toda la jornada para atender al público, cuidar de las sagradas imágenes y para que no faltara ningún detalle en el acto. El templo fue exornado de forma especial como no podía ser de otra manera, para que la imagen de Cristo brillara con luz propia delante de su altar.
Numerosas personas con problemas de movilidad reducida se trasladaron al templo en taxi y en vehículos particulares, lo cual no resulta fácil teniendo en cuenta lo recóndito de la iglesia y el entramado de calles estrechas para alcanzar el templo, donde las posibilidades de aparcamiento brillan por su ausencia.
Desde la hermandad estaban muy contentos con el desarrollo de esta jornada marcada sobre todo por el gran fervor hacia la sagrada imagen del Cristo de San Agustín. Un año más los arcenses, y numerosos foráneos, dejaron constancia de su amor hacia el Cristo que procesiona cada madrugada del Viernes Santo; ocasión para expresar a la sagrada imagen sus peticiones más íntimas.
