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Los vecinos de Santa Margarita, en La Línea, se reivindican

El presidente de la comunidad de propietarios destaca en una emotiva carta el trabajo de los residentes tras el temporal

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El presidente de la comunidad de propietarios linense de Santa Margaríta, Alfonso Álvarez Moreno, ha remitido una carta destacando el trabajo que están llevando a cabo los propios vecinos para tratar de recuperar la normalidad en la barriada tras los daños causados por el temporal de lluvia del pasado fin de semana. Su contenido, íntegro, es el siguiente:

"A mis vecinos, con toda mi admiración.

Hoy 11 de diciembre, una semana después del desastre, Santa Margarita, casi sin ayuda, se esfuerza al máximo de sus posibilidades por recuperar la normalidad en el menor tiempo posible.
Sin prisas..... día a día, los operarios de la Comunidad se afanan desde el día después, incluso en festivos, retirando de sus calles y jardines la gran masa de lodo, barro, ramas y cañas dejados por la descomunal riada del pasado domingo.

Es la huella visible al público que nos dejó el temporal, la menos dolorosa. La peor parte, la más costosa, la que ha causado mayor dolor y sufrimiento, no se ve ni se exhibe. Esa, existe y se encuentra de puertas adentro, en la intimidad de cada una de las treinta y pico casas afectadas por las inundaciones. Ahí, en cada uno de esos hogares, la tragedia flota, se palpa y se toca,  pero se vive en familia, resignadamente, gritando en silencio, sin perder los nervios ni la dignidad.

He procurado estar con todos los afectados. He entrado en sus casas. Y conocido de primera mano la magnitud de sus tragedias. He visto a padres, madres, hijos e hijas con el drama en sus ojos, manchados de pies a cabeza de lodo y fango, empapados por fuera, pero enteros por dentro, sin derrumbarse, animándose unos a otros, trabajando juntos, en equipo, como debe ser: en  familia.  A todos, sin excepción, pero especialmente a los más jóvenes, les manifiesto desde aquí mi admiración más sincera. No es común mantener tan digna compostura con el agua hasta el techo de tu vivienda, o mientras participas en llenar poco a poco un gran contenedor con tus propios muebles, colchones, libros, juguetes y enseres.

La Naturaleza nos da y nos quita. Pero estoy convencido que la tragedia vivida habría sido menos trágica si nos hubiese pillado a todos (particulares, asociaciones y administraciones) con nuestros deberes hechos. Pero hoy no haré reproches. En esta ocasión haré caso a mi amigo D. David Abad y a la Sra. Díaz, Presidenta de La Junta. Según  ellos, no era o es momento de reproches ni de señalar a nadie, sino de aprender de lo sucedido, sacar conclusiones, y corregir lo que haga falta en infraestructuras y mantenimiento de arroyos y montes, para que una tragedia igual no vuelva a darse, al menos en esta zona y con las mismas dimensiones. ¡Que así sea!".

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