El pleno de Málaga aprobó este lunes, con el único voto a favor del Partido Popular y su ‘socio’ de investidura, Ciudadanos, el proyecto de presupuestos para este año, que alcanza los 749 millones de euros, ante una lluvia de críticas de los grupos de izquierda en la oposición. Unas cuentas “realistas, que intensifican las políticas sociales y de empleo y avanzan en la transformación de la ciudad con proyectos como la peatonalización de la Alameda, la reforma de la antigua prisión o la conversión en parque del Campamento Benítez”, según defendió el portavoz del PP, Carlos Conde, que incidió en que la inversión sube por cuarto año consecutivo, hasta los 61,5 millones.
La falta de diálogo y negociación fue una constante entre las críticas de PSOE, Málaga Ahora, Málaga para la Gente y el edil no adscrito Juanjo Espinosa que calificaron de “insuficientes”, “ficticios” y “continuistas” las cuentas, criticando el gasto de más de 15 millones en museos, las externalizaciones en servicios con 65 millones o la ausencia de partidas para poner en marcha un plan de empleo municipal, junto a la repetición de partidas para proyectos que no ven la luz como el traslado de las caballerizas, el campamento Benítez o la rehabilitación de mercados.
“Málaga está parada, estamos en el día de la marmota, sabemos que Bendodo no tiene su aval pero la guerra interna en el PP está parando la ciudad”, criticó la portavoz del PSOE, María del Carmen Moreno. Por su parte, el portavoz de la formación naranja, Juan Cassá, insistió en que “queremos ser palanca y no freno” y defendió la imagen de estabilidad que lanza al exterior para futuros inversores, presumiendo de haber incluido hasta 73 medidas por valor de 25 millones con el sello de Ciudadanos.