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La oscuridad de la calle Rendona que tiene intranquilos a sus vecinos

En el último mes han robado baterías y han forzado cerradura de sus coches. “Esto también es el centro”, se queja un afectado

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  • Uno de los afectados -

Han sufrido los daños colaterales del vandalismo y el saqueo del Hotel Palmera Plaza por parte de bandas especializadas, pues la calle Rendona en la que residen está justamente a la espalda del establecimiento hotelero, junto a Luis Pérez. Un desmantelamiento que todavía persiste, pues hasta las pérgolas del hotel situada junto a la Real Escuela de Arte Ecuestre se han incluido en el botín en las últimas semanas, pero eso no es lo que más preocupa a las familias que viven en esta calle, sino lo “vendidos” que se sienten en su propio barrio por la falta de luz una vez que oscurece. Una situación que empieza a tener sus consecuencias, pues en el último mes en la misma semana han robado baterías de coches y han forzado varias cerraduras, sin contar con algún que otro intento de robo en alguna vivienda meses atrás.

“Esta calle a partir de las nueve de la noche es como si fuera la boca del lobo, los vecinos evitan andar por aquí a esta hora porque se sienten vendidos, y esto es también el centro”, señala Manuel Peña, que apenas contabiliza dos o tres puntos de luz a lo largo del vial situado en el entorno de Lealas y los Museos de la Atalaya, otro atractivos turísticos junto al que conviven.   Para colmo, como explica en un recorrido por la calle donde la mayoría de sus residentes son mayores, las parábolas de las tres farolas con las que cuentan se encuentran en muy mal estado lo que hace que todavía alumbren menos de lo que deberían. “Es lo que más nos urge, que nos pongan más puntos de luz, porque una calle así solo trae problemas y es intransitable”, se queja el joven, que asegura que la vigilancia policial por este enclave es nulo.

Pero los problemas en Rendona no cesan aquí, aunque la deficiente iluminación pública sea el más grave a día de hoy. Llevan años con una casa en ruinas situada entre dos viviendas habitadas. Lo peor de todo es que en una de estas fachadas de estas casas  donde viven familias ya se aprecian grietas y bastante considerables. Aunque unas vallas de Urbanismo, delegación de la que les consta que está por la labor de solucionar el problema, colocadas en la acera justo delante advierten a los peatones del peligro del inmueble, y los propios vecinos se afanan para que esas vallas no se muevan de ahí contra viento y marea, temen que cualquier día ocurra una desgracia.

De momento, la Federación de Asociaciones de Vecino La Plazoleta se ha hecho eco del problema y va a registrar un escrito en el Ayuntamiento pidiendo actuaciones.

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