En el News of the World, que titula a toda página “Sé quien asesinó a mi Michael”, Latoya afirma que son varias las personas responsables de la desaparición de su hermano y que la razón fue “una conspiración para hacerse con el dinero de Michael”.
Sus declaraciones se conocen dos días después de que el jefe de la policía de Los Ángeles admitiera que el asesinato era una de las líneas de investigación, algo sobre lo que Latoya no tiene dudas.
“Hubo una conspiración. Creo que fue todo por el dinero. Michael valía más de 1.000 millones de dólares en activos por derechos de difusión musical y alguien lo mató por eso. Valía más muerto que vivo”, dice la hermana mayor del cantante, que no da nombres en ningún momento acerca de quiénes pueden ser los asesinos.
Latoya asegura que ese “grupo de personas” robaron 2 millones de dólares en efectivo y numerosas joyas de la casa de su hermano, que le engancharon a las drogas, que le aislaron de su familia y amigos “para que se sintiera solo y vulnerable”, y que le obligaron a trabajar “hasta la extenuación” para seguir ganando dinero.
Michael, según el testimonio de Latoya, no quería dar la serie de 50 conciertos que debían haber comenzado este lunes en Londres. “Hace menos de un mes, yo dije que pensaba que Michael iba a morir antes de las actuaciones de Londres porque estaba rodeado de gente que no albergaba las mejores intenciones en su corazón”, dice Latoya, que define a su hermano como una persona “muy dócil, callada y cariñosa, de la que la gente se aprovechaba”.
“Nunca creí que Michael viviera hasta ser un hombre anciano”, señala la entrevistada, convencida de que Michael Jackson era “la persona más sola del mundo” y de que “antes o después le iba a ocurrir algo terrible”.
En las entrevistas revela otros detalles, como que el cantante no murió en su cama, sino en la del médico que vivía con el, Conrad Murray, al que acusa de desaparecer del hospital al que fue trasladado el cantante cuando ella empezó a hacerle preguntas.
“Se limitó a mascullar algo y me dijo algo así como ‘Michael no lo hizo, lo siento’. Algo no estaba bien. Me pareció extraño”, dice.
Latoya asegura que ella fue quien insistió en que se le hiciera una segunda autopsia al cadáver tras ver que tenía marcas de pinchazos en el cuello y en los brazos.