De un tiempo a esta parte, se escucha en diversos foros que el Centro Histórico de Málaga se está convirtiendo en un “parque temático” del turismo y que la habitabilidad del casco antiguo de la ciudad se hace cada vez más difícil dado el crecimiento de los establecimientos hosteleros.
Hace unos días el concejal Mario Cortés, anunciaba el cambio de metodología de la Policía Local para los seguimientos de este tipo de comercios y aportaba datos del crecimiento de las denuncias por las terrazas ilegales. Asociaciones vecinales del Centro no se muestran contrarias a las sanciones pero las ven como una medida insuficiente ante una situación en la que, según los vecinos, ha faltado previsión.
Es el caso de Antonio César, presidente de la Asociación de Vecinos Málaga Centro quien declaraba a este periódico que “no queremos que se sancione a nadie, no nos gustan las sanciones, pero estas que comentamos hoy son consecuencia de la dejadez municipal, ya que hasta ahora se ha hecho dejación de funciones para ahora venir multando”.
César prosigue diciendo que tienen claro que se debe cumplir la ley, “pero no se tiene en cuenta que se castiga a establecimientos que se están buscando la vida, y que la situación actual viene derivada de que el Ayuntamiento no aplica no ya la ordenanza municipal, sino la ley estatal que obliga a respetar la accesibilidad, la liberación del espacio desde las fachadas hasta los obstáculos, y las distancias obligatorias para instalar veladores”. El representante del colectivo vecinal del Centro considera que hay que aplicar el mismo rasero a todos los espacios, ya que se dan a su juicio situaciones de trato de favor a ciertas calles: “Todos los espacios del Centro de la ciudad tienen que ser medidos por el mismo rasero”.
En cuanto a los comerciantes del Centro Histórico, su presidente, María José Valenzuela, lo tiene claro: “Hay que limitar absolutamente las nuevas aperturas en el Centro de Málaga. Si no hay un equilibrio comercial todos acabamos perdiendo”, apunta. “Si estamos sancionando -prosigue- pero cada vez hay más permisos para comercios de hostelería, esto no tiene sentido. Además tenemos un problema porque a los vecinos les resulta insoportable una convivencia”.
“Málaga volvería a ser un referente de compras, podríamos pasear sin encontrarnos con tantas terrazas, que son necesarias porque el clima hace que vivamos en la calle pero una cosa es eso y otra que sólo haya terrazas en una calle. La ciudad está saturada de hostelería y hay que abrir nuevas vías para mantener el comercio tradicional. Necesitamos hacer del Centro un sitio habitable y esto se reduce a una gestión política”, culmina María José Valenzuela.
José Simón es el vicepresidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga (MAHOS) y se muestra de acuerdo en que “las terrazas hay que regularlas y hay que cumplir las normativas por la salud Málaga y del Centro, pero nuestro trabajo desde la asociación es elaborar una normativa que sea amplia porque la actual es de hace 12 ó 15 años y necesita revisarse para permitir a las terrazas trabajar dentro de un marco claro y lógico”.
A la pregunta de que si comparten las sanciones, Simón responde que “no entendemos que la solución sea eliminar terrazas, Málaga las necesita”. “Siempre resulta que el hostelero es el malo pero al final lo que necesitamos es un marco donde trabajar. Ningún hostelero es incumplidor por naturaleza”, culmina José Simón.