El puente de Alfonso XIII, ahora desmontando y abandonado, fue desde 1926 hasta 1998 símbolo de la Exposición Iberoamericana, y primero del siglo XX. Con el puente se cumple, una vez más, la idiosincrasia sevillana de no hacer ni dejar hacer… Así, el puente de Hierro se ha convertido en otra vergüenza para Sevilla.
El puente de Alfonso XIII, vulgo de Hierro y de Tablada, fue el primero del siglo XX y símbolo de la ciudad de la Exposición Iberoamericana, desde 1926 hasta 1998, cuando fue desmontado. Desde entonces las estructuras metálicas se encuentran depositadas en la orilla del Guadalquivir, en espera de que las autoridades cumplan su compromiso de instalarlo en la zona fluvial de San Jerónimo, con uso peatonal entre ambas orillas y acceso Norte al parque del Alamillo.
Las imágenes que insertamos en la página recuperan parte de la memoria gráfica de la vida del puente, que se inicia con la inauguración el día 6 de abril de 1926. En aquella jornada, el Guadalquivir registró un triple acontecimiento, pues el crucero argentino “Buenos Aires” fue el primer navío que surcó las aguas de la corta de Alfonso XIII y también el primero que pasó por el puente abierto. Además, en el barco regresaron a España los tripulantes del hidroavión “Plus Ultra”, después de realizar la hazaña aeronáutica española de cruzar en vuelo el Atlántico desde Palos de la Frontera hasta Buenos Aires. El rey Alfonso XIII y el Gobierno español fueron testigos de aquellos hechos históricos.
El puente recién inaugurado y la zona ajardinada de sus accesos, fueron motivos de las primeras postales de la ciudad de la Exposición Iberoamericana. En 1926 todavía estaban por realizarse las principales obras emblemáticas del certamen, como los ensanches de la actual avenida de la Constitución y la Puerta de Jerez, las plazas de España y de América, el Hotel Alfonso XIII y la inmensa mayoría de los pabellones.
Las dos secuencias siguientes muestran el puente poco antes del verano de 1998, cuando fue desmontado, y los restos de las pilas que lo soportaban aún sin destruir. Sobre el muelle de las Delicias pueden verse las estructuras metálicas desmontadas.
Durante el último tercio del siglo XX, el puente de Alfonso XIII fue la única posibilidad de comunicación entre ambas orillas por el Sur de la ciudad, a partir del puente de San Telmo. La extraordinaria expansión de Los Remedios y el Aljarafe provocaron grandes atascos de vehículos en las horas punta, que en fila de a uno llegaban hasta la Base de Tablada y tardaban horas en poder cruzar hasta la orilla sevillana.
Por último, un testimonio irrepetible de las riadas del Guadalquivir. Con frecuencia el nivel de las aguas desbordada llegaba casi hasta la plataforma del puente, y sometía a las pilas de sustentación a enormes presiones. Los tres puentes históricos sufrieron el azote endémico de las riadas.