El Tribunal Supremo ha elevado de 35 a 40 años de prisión la condena a Juan Márquez Fabero, conocido como "el parricida de Ubrique", por matar a sus dos hijos de cuarenta cuchilladas en el domicilio familiar de la localidad gaditana en octubre del 2014.
Según ha informado hoy en un comunicado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, el Supremo estima parcialmente el recurso de casación formulado por la acusación particular, ejercida por dos tíos de las víctimas, y por la acusación popular que ejerció en el caso el Ayuntamiento de Ubrique y el ministerio fiscal para reclamar, entre otras cosas, que se apreciara ensañamiento y alevosía en los crímenes.
Así, la sentencia del Tribunal Supremo condena al "parricida de Ubrique" a quince años de prisión por la muerte de su hijo, en la que aprecia un homicidio con las agravantes de parentesco y abuso de superioridad y a 25 años por la muerte de su hija Laura, que califica como un asesinato con alevosía y ensañamiento y la agravante de parentesco.
"El parricida de Ubrique" fue condenado por un tribunal con jurado a 50 años de y medio de prisión.
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Andalucía modificó en abril del 2017 la sentencia y fijó la condena del acusado en 35 años de prisión.
La sentencia fue recurrida en casación ante el Tribunal Supremo, que ahora ha establecido esta nueva pena, de 40 años, para el parricida, al que además prohíbe residir o acudir al término municipal de Ubrique por un periodo de 32 años.
El tribunal impone también la prohibición de que el parricida de Ubrique se aproxime a menos de doscientos metros a los dos familiares de las víctimas que han ejercido la acusación particular y a menos de 500 metros de su domicilio o de sus lugares de trabajo por un periodo de 32 años.
Juan Márquez Fabero mató a sus dos hijos, de 19 y 16 años, de 40 cuchilladas en su domicilio de Ubrique, en la madrugada del 6 de octubre del 2014.
Los mató unos diez meses después de que muriera de cáncer la esposa del parricida y madre de las víctimas.
Tras el fallecimiento de la mujer, Juan Márquez comenzó una relación sentimental con una joven marroquí vecina de Ubrique y empezó a desatender las necesidades más básicas de los hijos, especialmente del chico que vivía con él en la casa ya que la chica vivía y estudiaba en Sevilla.
La negativa de los hijos a que la novia se instalara en la vivienda familiar desató el enfado del parricida, que utilizó el cuchillo con el que despedazaba cerdos en las matanzas para acabar con la vida de sus hijos.
El Tribunal Supremo ha rechazado los recursos que también puso contra su condena el propio parricida, que en sus distintas versiones exculpatorias llegó a decir en el juicio que sus hijos se mataron entre ellos