Tiene claro que su profesión es ser escritor y que se gana la vida con ello. Jesús Cañadas de 38 años es de Cádiz, aunque ha estado los últimos diez años viviendo en Berlín. Ahora, aprovecha que ha sido padre para residir en Cádiz y disfrutar de su nueva familia. Ha sido reconocido con el premio Ignotus, un galardón literario que otorga anualmente la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror a autores españoles y extranjeros por las obras publicadas en España durante el año anterior. En esta última edición, el público en general concedía el galardón a ‘Las tres muertes de Fermín Salvochea’, una obra de acción, misterio y mucha realidad social, ambientada en Cádiz y llena de monstruos “donde los reales son peores” que los ficticios. Un título sobre el que se han dibujado planes para que sirva de guión para una película pero que se tornan complicados. Sus lectores están de enhorabuena porque varios de los protagonistas de ‘Las tres muertes de Fermín Salvochea’ volverán a salir a las calles de Cádiz tras un salto en el tiempo. Un proyecto de futuro sobre el que no ha querido dar más pistas.
La profesión de escritor es “muy solitaria, no eres más que un tonto en pijama en su salón, escribiendo horas y horas delante del ordenador. No escribes por los premios aunque está muy bien. Que un jurado entendido como el del premio Kelvin del Festival Celsius lo considere la mejor novela del año es un espaldarazo. Pero el Ignotus encima es por votación popular, donde hemos batido record de participación con más de 400 lectores”. Te demuestra que “no estás loco, y te animas a seguir escribiendo porque, al parecer, merece la pena leerte”.
Ahora se ha embarcado en un proyecto juvenil, que también puede enganchar a los adultos. “Tenía ganas de hacerme un ‘Verne’, una novela de aventuras con corte clásico, teniendo el hallazgo de la talla de Nefertiti como base y me aproximo al tema como hace Tim Powers; mezclando eventos y personajes históricos hilvanados con tramas sobrenaturales. Tiene cosas de Verne, Tintín, Mortadelo y Filemón… Tiene mucho humor, magia y aventura”.
Con el título ‘Athenea y los elementos’ formará parte de una serie de cinco libros. “Hay muchos padres que se están leyendo el libro con sus hijos. Entran con 40 y salen con 12 años, según me cuentan”. Y eso es un “regalo porque lo están disfrutando”. Confía en que su hija sea tan cabezota, intrépida y temperamenal como es la protagonista de esta serie.
“De chico empecé leyendo y me estrené con ‘El pequeño vampiro’, que le robé a mi prima Chari y me enganché a las historias de monstruos. A partir de ahí, y teniendo creatividad te sientes con ganas de escribir pero nunca te ves preparado, pero poco a poco lo vas consiguiendo”, explica Cañadas. Su primera novela la escribió con 26 años ‘El baile de los secretos’, a la que le dirige una crítica muy negativa porque “tiene los fallos de una primera novela: caí en no saber que escribir bien no es escribir complicado. Está llena de recursos estilísticos, subordinadas y eso no hay quien se lo lea. Era un paso necesario pero me sirvió para saber que podía escribir”.
Su segunda novela fue ‘Los nombres muertos’ historia entre aventuras y terror que tiene como protagonista a “uno de mis escritores favoritos HP Lovecraft”. Estuva nominado a un par de premios con el Ignotus y el Celsius, que lo da la Semana Negra de Gijón. E incluso se vendió bastante bien y hubo un intento de hacer una película.
Después llegó ‘Pronto Será de Noche’, que salió con la editorial Valdemar, una editorial decana que “sólo publicaba muertos –clásicos del terror- hasta que llegamos un grupo de autores jóvenes a los nos empezaron a publicar. Publicaban el mejor terror y yo fui el autor más joven al que publicaron”. Era una historia “apocalíptica que ocurría en España” y en medio de la historia aparece un muerto y un policía que investiga en medio de lo que se supone que será el fin del mundo. “Es una historia que da miedo y da calor, el mismo modo de contar la historia da sensación de agobio y sed”.
En 2015 empezó a escribir guiones para la serie Vis a Vis y desde entonces esa es su profesión, es mi trabajo y “es como tocar la guitarra. No vas a tocar ‘Entre dos aguas’ cuando te llegue la inspiración. Si quieres escribir con calidad hay que trabajar, el concepto del escritor artista no es real, el verdadero es el escritor autónomo”. De ahí que trabaje también con encargos que le llegan como correcciones, traducciones, guiones...
Todas las novelas tienen “un estilo distinto. Estoy convencido de que cada historia tiene una manera de contarla. Eso lo decía Ernst Lubitsch, un director de cine de los años 20, hay mil sitios donde poner la cámara, pero en realidad sólo hay uno: el bueno”.