Padres primerizos que han tenido la inmensa fortuna de tener un hijo que no para de llorar en ningún momento. La tanda de pasodobles es entera dedicada al tipo: el primero, el mejor de los dos, sirve para narrar lo que les ha cambiado la vida el hecho de tener un bebé.
En el segundo, aunque le hablan al hijo, se acuerdan de su mujer, relatando la historia de amor con ella. Mejor la tanda de cuplés, en la que sacan una acertada letra a los ofendiditos del carnaval y al ‘exceso de amor’ que sufre. Con la cupletina conectan más con el público. Popurrí de menos a más para acabar por todo lo alto con el Falla.
