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Córdoba

La Casa de Manolete ofrece una nueva experiencia gastronómica

Abrirá el jueves sus puertas convertido en un nuevo espacio gastronómico de Córdoba enfocado a la restauración, el patrimonio y la formación

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  • Manolete -

 La casa del matador de toros cordobés Manuel Rodríguez "Manolete" abrirá el jueves sus puertas convertido en un nuevo espacio gastronómico de la ciudad enfocado a la restauración, el patrimonio y la formación.

La directora del proyecto "La Casa de Manolete Bistró", Remedios Romero, ha explicado durante la presentación que el edifico, ubicado en el Paseo de Cervantes, acoge el restaurante "A flor de piel" y una escuela de hostelería que se denominará Centro Superior de Artes y Ciencias Gastronómicas.

Ha añadido que el cocinero encargado será Juanjo Ruiz, aunque el proyecto es "mucho más que un restaurante" después de una compleja rehabilitación del edificio que se ha prolongado durante los últimos cinco meses.

"Estamos en un lugar que es más que un restaurante o una escuela de hostelería, estamos en un edificio emblemático que es esencia de Córdoba y a Córdoba se lo queremos ofrecer", ha dicho Ruiz, que espera que se trate de "un espacio accesible de la ciudad porque forma parte de su historia".

La directora de la casa ha destacado los dos cuadros monumentales dedicados a Manolete y a Ortega y Gasset "que ocupan uno de los salones del bistró y que son obra del pintor cordobés Fernando García Herrera".

El cocinero ha explicado que la carta se fundamentará en productos locales de gran calidad y de temporada.

La Casa de Manolete se construyó en 1890 a instancias del escritor y periodista José Ortega Munilla, padre de José Ortega y Gasset, uno de los filósofos más destacados de la historia de España.

La obra de la casa, de estilo colonial con pinceladas modernistas y clásicas en su decoración, fue dirigida por el ingeniero Tejón y Marín y, desde que se levantara en la actual avenida de Cervantes, ha sido uno de los edificios más singulares de la ciudad.

Tras dos décadas en propiedad de los Ortega, la casa pasó a ser de Rafael Cruz Conde, a quien se la compró Manolete en 1942, cuando su fama y su toreo estaban en todo su esplendor. 

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