El tiempo en: Benalmádena

Cádiz

Una constante lucha contra la adversidad

Amina usa silla de ruedas y sufre un auténtico calvario cada vez que tiene que coger un autobús

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiAndaluc�a Informaci�nPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • Amina intentando coger un autobús -

Imagínese por un momento, aunque le parezca complicado, todas las dificultades que puede tener hoy en día una persona en silla de ruedas en su vida cotidiana. Por ejemplo, necesita  una casa adaptada con puertas de mayor ancho, una rampa en su acceso, barras de apoyo y sujeción en el aseo, etc. Sin embargo, el mayor número de obstáculos se aprecian en la calle, donde una persona con silla de ruedas se enfrentan a un sinfín de bordillos, vehículos aparcados encima de la acera y boquetes en el pavimento, entre otros. Ahora piense en los contratiempos que puede encontrar un individuo con discapacidad para acceder a un autobús en silla de ruedas, si le cuesta hacerlo no se preocupe, el siguiente relato le ayudará  a hacerlo.

La historia de Aminatou Mohamed Yahya, aunque afirma que todo el mundo la conoce como Amina, es una constante lucha contra la adversidad. Esta joven de 24 años vive en el Río San Pedro (Puerto Real) y tiene una parálisis cerebral debido a la falta de oxígeno al nacer.

Se mueve en silla de ruedas y necesita un móvil para hablar. Amina, que nunca pierde la sonrisa y siempre se está riendo, sueña con ser maquilladora, está estudiando en Cádiz en una academia de maquillaje. Tiene un canal de Youtube (Amina Bloguera GT) donde, entre otras cosas, da consejos a personas con movilidad reducida para maquillarse, depilarse, incluso vestirse. Además, en su cuenta de Facebook, que lleva el mismo nombre, hace vídeos en directo sobre multitud de temas.

Amina es muy querida por los vecinos del Río San Pedro. Sentada en un pequeño bar, donde se pide un batido de chocolate, se aprecia como toda persona que entra la saluda y le planta un beso en su mejilla.

Como decíamos anteriormente, esta joven estudia maquillaje en Cádiz. Sus clases comenzaron el pasado mes de septiembre y para llegar a la academia usa la línea de autobús M-030 de Comes que une Puerto Real y la tacita de plata, y aquí es donde comienza su calvario.

En la web de Comes, en el itinerario de la línea M-030 se aprecia que solo siete de los treinta y un autobuses que hacen diariamente el recorrido entre Puerto Real y Cádiz están adaptados para personas con movilidad reducida, y para el trayecto de vuelta ocurre exactamente lo mismo.

Amina denuncia que “todos los autobuses tienen el logotipo de estar adaptados a personas en sillas de ruedas, pero es mentira”. En total tiene que coger diez autobuses a la semana para ir a clase, de los cuáles “tres o cuatro veces tengo que esperar a que pase otro autobús porque no tiene rampa para minusválidos, y si la tiene está estropeada”.

“A pesar de tener la pegatina de estar adaptados y tener arriba un sitio reservado para personas minusválidos no tienen rampa”, señala Amina, que se pregunta “¿Cómo subo al autobús?”.

Relata que en el caso de que funcione la rampa, en muchas ocasiones es el propio chófer del autobús quien no sabe activarla. “Me ha pasado mil veces. Tiene que llamar para ver cómo funciona y yo he estado delante”. Cuenta que en el caso de ser el último autobús del día “tengo que pedir a los viajeros que me ayuden a subir”, y señala que “la gente es muy buena conmigo y nunca me he quedado tirada en tierra”.

Debido a todos estos problemas para poder llegar a clase, y a cualquier sitio, afirma tener que “salir dos horas antes de casa para ser puntual”.

“Yo soy una persona muy activa y procuro no tener que depender de nadie, pero si la sociedad no pone recursos que son básicos, me afecta psicológicamente”, señala Amina sin perder la sonrisa de su cara.

La imposibilidad de subirse al autobús para llegar a Cádiz ha provocado que en alguna ocasión haya tenido que cancelar algún plan con amigos. “Un día había quedado para ir a comprar ropa, pero el bus con rampa no pasaba y tuve que quedarme aquí”. También ha conllevado que se haya perdido dos clases en la academia hasta el momento, teniéndolas que recuperar en horario extraescolar.

“No puedo depender de mi madre las 24 horas del día, ella tiene su vida y yo tengo la mía”.

Amina, para intentar poner solución a este problema entrega constantemente hojas de reclamaciones en Comes, aunque “no valen para nada”.

“He puesto ya unas 50 hojas de reclamaciones”, comenta Amina, y riéndose dice que “ya cuando voy a Comes me conocen y todo”.

Este medio de comunicación ha intentando contactar con Comes vía telefónica y por email para que diera su punto de vista, pero no ha obtenido respuesta alguna.

Dejando de lado su medio de transporte, Amina relata los problemas que puede encontrarse en du día a día. “Yo soy maquilladora y este verano he estado trabajando y cuando alguien me llama para que vaya a su casa yo les pregunto si tiene ascenso, porque si no lo tiene, no puedo ir a trabajar”.

“Las calles y los edificios no están adaptados”, por lo que “pido a la sociedad que no nos pongan escalones para poder realizar nuestra vida con normalidad, es mejor que nos pongan recursos”, aunque “la gente se porta muy bien conmigo por la calle y es muy amable, siempre me ayuda”.

Amina es una auténtica luchadora y únicamente pide igualdad, y sobre todo, poder ir a clase sin problemas y sin tener que salir dos horas antes de casa para poder ser puntual. Tiene que enfrentarse diariamente a innumerables contratiempos. Esta joven de 24 años del Río San Pedro nos demuestra que probablemente muchas de las cosas por las que nos quejamos constantemente  son insustanciales.

En la mano de todos está ayudar a personas como Amina, personas a las que con un simple gesto podemos hacerle la vida mucho más fácil, para que no pierdan la sonrisa y puedan cumplir todos sus sueños.

 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN