Las autoridades kurdas afirmaron hoy que 785 extranjeros vinculados al Estado Islámico (EI) han huido tras un ataque al campo de detención de Ain Issa, controlado por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), las milicias lideradas por kurdos, en el noreste del país.
En un mensaje en la red social Facebook, la Autoridad autónoma del Norte y Este de Siria, indicó que un grupo de "mercenarios de Turquía", en aparente referencia a milicias proturcas, atacaron el centro de Ain Issa con apoyo aéreo de la aviación turca.
Agregó que los miembros del EI atacaron a los guardias del campamento y abrieron las puertas para escaparse.
Las autoridades kurdas han afirmado que han tenido que reducir los efectivos de que disponen para vigilar a los 12.000 yihadistas y alrededor de 70.000 familiares de miembros del EI que afirman tener detenidos en cárceles y centros de detención, para poder defenderse de los turcos.
"Si el mundo considera seriamente al EI como una amenaza para su seguridad, de lo que no estoy seguro al 100 %, tiene una gran oportunidad de probarlo. Si no, todos sufrirán las consecuencias muy pronto, pero esta vez puede que no haya nadie para hacer el trabajo por ellos", indicó el portavoz de las FSD Mustafa Bali en Twitter.
"No, no deberíais esperar que nos encarguemos de vuestros terroristas presos mientras no tenéis problema en ver a nuestros hijos asesinados, a nuestro pueblo desplazado y nuestra región limpiada étnicamente", agregó.
El ejército turco comenzó la invasión del norte de Siria el pasado día 9, después de que Estados Unidos, aliado de los kurdos en la guerra contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) anunciara su retirada de la zona ante la inminencia de la operación, lo que ha sido considerado como una "traición" por las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), que lideran los kurdos.
La invasión alcanza la práctica totalidad de los 480 kilómetros de línea fronteriza controlada por los kurdos, especialmente en las localidades de Ras al Ain y Tal Abiad, donde se vienen produciendo constantes bombardeos aéreos y de artillería.
Turquía quiere arrebatar a los kurdos el control de 480 kilómetros de largo y 30 kilómetros de ancho de lo que ha denominado "zona de seguridad" para sacar de allí a las FSD y a su principal grupo, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), a la que considera una organización terrorista vinculada con la guerrilla del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK).
El Gobierno turco ha anunciado que tiene intención de ubicar allí a alrededor de 2 millones de refugiados sirios, una población árabe diferente de la conformación étnica mayoritariamente kurda de esa zona.