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Jaén

Oscuro presente, incierto futuro

Los retos del olivar en la provincia, hoy en 'Jaén 2020'

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  • Una panorámica de olivares en la Campiña jiennense -

"Los aranceles de Trump van a tener un gran impacto, pero el futuro del aceite de oliva pasa por resolver sus problemas internos”. El secretario general de COAG en Andalucía, Miguel López, ponía el dedo en la llaga al reflexionar en voz alta sobre el oscuro presente e incierto futuro del olivar andaluz. La manifestación que el pasado jueves reunió en Madrid a más de 30.000 olivareros de todo el país (en su mayor parte llegados desde Jaén) estuvo marcada por la inminente entrada (el día 18) de un arancel del 25% que Estados Unidos va a poner a la importación de aceite de oliva español (80.000 toneladas exportó Andalucía el  último año). Pero lo cierto es que los aranceles de Trump no son más que la puntilla para un sector productor que lleva tiempo sumergido en una profunda crisis estructural y, de manera más puntual, en otra no menos grave de caída de precios. “Si el olivar tradicional no está por encima de un nivel de rentabilidad adecuado, no puede seguir con su actividad”, exclamaba el gerente de Asaja en Jaén, Luis Carlos Valero. Y es que,  en la última campaña los precios del aceite de oliva han caído en torno a un 44% en origen, para situarse por debajo de los euros/kilo. O lo que es lo mismo, en menos de dos años se ha pasado de cuatro euros el litro a dos euros. Los productores vienen exigiendo la autorregulación del mercado aceitero y acabar con prácticas “desleales” de la gran distribución y de los llamados ‘fondos buitre’ a los que acusan de especular con los precios del aceite de oliva. Y, al mismo tiempo, solicitan que se actualicen los baremos para activar el almacenamiento privado, que llevan 20 años sin tocarse. Pero pocas voces son las que, dentro del sector productor, hacen autocrítica y analizan el perjuicio que supone la gran atomización del sector (con más de 300 cooperativas en Jaén) y la falta de músculo para mirar de tú a tú a la gran distribución.

Resulta  evidente el salto cualitativo que ha dado el sector oleícola de la provincia en la última década. La incorporación de 300.000 hectáreas de regadío y, sobre todo, la revolución por la calidad de los aceites ha  hecho al tejido olivarero jiennense mucho más competitivo  en un escenario cada vez más globalizado puesto que ya hay 63 países que producen aceite de oliva.  Ahora bien, el sector no ha sido capaz aún de resolver las principales rémoras que lastran  su desarrollo, principalmente la falta de concentración de la oferta,  con un porcentaje aún  muy elevado de venta  de aceite a granel que deja escapar el valor añadido. Y en este escenario son cada vez más las voces que urgen una reconversión en el olivar tradicional de Jaén. Juan Vilar, consultor y experto en mercados  oleícolas, ha abogado por  acometer una transformación del sector para hacer frente al crecimiento imparable del olivar superintensivo, con más de un millón de hectáreas en los últimos seis años. Ahora bien, ¿quién paga los costes de esa reconversión? Manuel Parras, catedrático de Comercialización e Investigación de Mercados de la UJA y presidente del Consejo Económico y Social (CES)  de la provincia, plantea que se debería aprovechar el nuevo marco comunitario de ayudas de la PAC para reorientar  las subvenciones, del tal forma que parte de ellas vayan  a incentivar los procesos de reconversión y tecnificación de las fincas olivareras. El secretario provincial de UPA, Cristóbal Cano, hace una defensa del olivar tradicional y cree necesario diferenciarlo en el nuevo marco de ayudas de otros sistemas productivos  que tienen otros costes de producción y que le es rentable el actual precio , como el superintensivo.

La provincia de Jaén es la mayor productora mundial de aceite de oliva, con algo más de 600.000 hectáreas dedicadas a este cultivo, el 78% de su superficie agraria, con más de 65 millones de olivos, lo que supone más del 25% de la superficie total española y el 42% de la andaluza. En Jaén se produce más del 20% de todo el aceite de oliva a nivel mundial y el 50% de aceite a nivel nacional. La superficie de regadío crece cada año y ya alcanza el 40%. Todos los expertos coinciden en apuntar que el olivar tradicional de Jaén, en especial el situado en zonas de pendientes, sería inviable sin el sostén de las ayudas comunitarias. Pero las organizaciones agrarias vienen alertando de  las “terribles consecuencias” que está teniendo la aplicación de la PAC en la provincia  ya que desde 2014 se han perdido casi 15.000 solicitantes. En 2014 se tramitaron 103.040 expedientes de la PAC , mientras que el último año no pasaron de 88.063. Manuel Parras, que asume que las ayudas comunitarias han podido tener un efecto de adormidera entre los agricultores, aboga porque que las ayudas primen al agricultor profesional frente a los meramente inversores, que tienen al olivar como complemento de rentas. Otro dato que llama la atención es la  pérdida de peso del sector primario. Hace 40 años, el 36,95% de la población activa trabajaba en el sector agrario y en el sector servicios estaba ocupado el 34,81%.  Pero en la actualidad sólo el 12,05% de la población trabaja en el sector primario.

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