El juicio, celebrado en esta semana en la Audiencia de Sevilla, contra un hombre acusado de asesinar en junio de 2017 a su bebé de seis meses en una vivienda ocupa del barrio de El Cerezo de la capital hispalense y contra la madre por abandono de familia ha quedado visto para sentencia.
En su informe final el Ministerio Fiscal ha retirado la prisión permanente revisable que pedía para el padre para solicitar una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía, mientras que a la madre le ha rebajado la condena a tres meses tras retirar a ambos el delito de maltrato al considerar que "no ha quedado acreditado".
Este juicio, celebrado ante un jurado popular, se inició el 23 de septiembre del año pasado, pero, tras la celebración de varias sesiones, en las que el acusado alegó que el pequeño "sólo se atragantó" con leche y que por eso le llevó al hospital, sin saber supuestamente "nada" de un golpe mortal que el niño sufrió en su cabeza y que es recogido por los informes forenses, misma versión que ha mantenido esta vez, la juez Mercedes Alaya, que preside la vista oral, decidió suspenderlo dado el estado del acusado en coma inducido después de intentar suicidarse en el Centro Penitenciario Sevilla I.
Según han informado a Europa Press fuentes judiciales, el próximo lunes jurado tendrá la comparecencia para la fijación de los hechos del veredicto y, posteriormente, comenzará a deliberar sobre el mismo durante el tiempo que precisen.
Durante su exposición, la fiscal ha insistido en la prueba de la autopsia que determina que el menor murió por un traumatismo craneoencefálico severo, a pesar de que en la segunda sesión del juicio un forense que exploró al bebé avaló la versión del progenitor al precisar que el niño murió por asfixia y que "tenía una gran cantidad de leche en la boca y en la nariz", así como que las lesiones que presentaba en la cabeza eran "compatibles con el síndrome del niño zarandeado".
No obstante, ha señalado que, a su juicio, "con todo el respeto" este facultativo "se equivocó en la interpretación de las radiografías y del TAC".
Por su parte, la defensa del padre, ejercida por el letrado Juan Isidro Fernández, ha solicitado la absolución porque su cliente "no es un asesino" y, de forma subsidaria, el de homicidio imprudente con la eximente de estado de necesidad al comprender que le pudo hacer el zarandeo al bebé al intentar reanimarlo tras el atragantamiento pero que "en ningún momento existió una alevosía".
Por su parte, Marta Aguilera, la abogada de la madre, ha mostrado su conformidad con la pena solicitada por el Ministerio Público y ha precisado que ella "sabe que pudo hacerlo mejor" ya que durante el juicio reconoció que no lo llevó al pediatra a las citas concertadas y que era conciente de su desnutrición y de la falta de cuidados.