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Doctoras que vuelven a la batalla tras 15 días aisladas por contagio

Irene Blesa y Victoria Jiménez-Orozco viven y trabajan a 350 kilómetros de distancia, los que separan Madrid de Valencia, pero están unidas como doctoras

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  • Personal sanitario. -

Irene Blesa y Victoria Jiménez-Orozco viven y trabajan a 350 kilómetros de distancia, los que separan Madrid de Valencia, pero están unidas al vivir como doctoras la experiencia de volver al hospital tras 15 días aisladas por haber dado positivo por Covid-19.

Blesa cuenta las horas para reincorporarse este sábado a su puesto en el hospital 12 de Octubre de Madrid, donde es especialista de rehabilitación, tras estar confinada durante medio mes porque dio positivo por coronavirus el 18 de marzo.



"Me mentalizo lo que puedo", ha declarado a EFE una doctora que todavía recuerda los días previos a su positivo cuando hacía guardias en el servicio de urgencias del centro sanitario madrileño. "Lo que una ve no se asemeja a lo que ha pensado", asegura.

Aún así, explica que ha mantenido el contacto telefónico con sus compañeros, que le hablan de hasta 220 pacientes con síntomas de Covid-19 en una sola sección y con casos esperando un ingreso durante 48 horas. "Es bastante desesperante y duro", apostilla.

Blesa todavía recuerda la jornada del 15 de marzo, en la que remató tres guardias en una semana" y en atendió "con unos guantes y una mascarilla" a pacientes con fiebre, aunque no relacionaba muchos de estos casos con posibles contagiados por Covid-19 porque "muchos abuelos no cuentan muy bien qué les pasa".

Tres días más tarde, tras unas jornadas con dolor de costado, sudoración fría y tos seca, se dirigió a salud laboral de su hospital, donde le hicieron la prueba que dio positivo, lo que le obligó al aislamiento domiciliario junto a su pareja, quien ha sufrido este tiempo dolor de garganta y cabeza.

Esta especialista advierte de la dimensión de la pandemia en la atención hospitalaria, puesto que todas sus consultas se cancelaron hace dos semanas, y no prevé reiniciarlas hasta mayo, y los adjuntos de su servicio han pasado a reforzar la unidad de neumología.

A poco más de 350 kilómetros del 12 de octubre se encuentra el hospital General de Valencia, en el que la murciana Victoria Jiménez-Orozco está desarrollando parte de su MIR y donde el pasado martes volvió a trabajar tras pasar un vaivén de emociones desde que regresó el 23 de febrero de la ciudad italiana de Bolonia.

Jiménez-Orozco ha aclarado a EFE que estuvo en la capital de la Emilia-Romaña cuando todavía no se había registrado ningún positivo en esta ciudad, por lo que no dio importancia al catarro que padecía cuando volvió a España.

No obstante, tras comentarlo a una compañera de trabajo y "no por mí, sino por mis pacientes del centro de salud", la MIR se hizo la prueba "cuando no había restricción como ahora", dando negativo y reiniciando una vida normal.

Sin embargo, el fin de semana del 28 de febrero al 1 de marzo Jiménez-Orozco viajó a Madrid con unas amigas de Murcia para visitar la feria de arte contemporáneo Arco, en el recinto ferial de Ifema, ahora reconvertido en hospital de campaña contra el Covid-19, y en el que "no había medidas de seguridad" durante el evento.

Dos días más tarde, en su consulta en Valencia, la residente murciana empezó a sentirse mal, "como si me hubiera pasado un camión por encima", pero, tras comprobar que su compañera de piso presentaba los mismos síntomas, decidió que era una gripe y continuó trabajando toda la semana, sintiéndose mejor el 6 de marzo.

Sin embargo, su vida dio un vuelco cuando el domingo 8 de marzo, justo antes de regresar a Valencia tras asistir a una boda en Murcia, descubrió que dos amigos con los que estuvo en Arco habían dado positivo.

Por ello, decidió quedarse en la capital murciana y avisar a Emergencias, que le hicieron la prueba -"en ese momento no iban tan saturados"- y dio positivo, por lo que se aisló en casa de sus padres en una habitación con baño.

"Lo pasas mal, tú sola, sin poder estar con tu familia dentro de su misma casa", ha apostillado.

Tras regresar a su puesto de trabajo, Jiménez-Orozco ha comprobado que se han cancelado todas las rotaciones de MIR por varios servicios en el Hospital General y se ha reestructurado las urgencias para atender solo a posibles casos de coronavirus, mientras que en centro de salud la atención presencial se ciñe a pacientes con cuadros respiratorios leves.

"Hay mucho miedo porque, al final, estás muy expuesto y cada vez caen más médicos".

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