Desde el pasado domingo 22 de marzo, los residuos domésticos en hogares, hospitales, centros de salud, residencias y similares en posible contacto con el coronavirus deben depositarse en los contenedores grises y se destinan de forma preferente a la incineración o, en su caso al vertedero. Así lo dictó el Ministerio de Sanidad en la orden SND/271/2020, de 19 de marzo.
De acuerdo a las indicaciones contenidas en el documento oficial, las bolsas de basura no deberán abrirse ni manipularse y únicamente se tratarán de forma automática en el caso de que se traten antes de incinerarlas o verterlas, y se dispone que, en caso de necesidad, la incineración se lleve a cabo en las fábricas de cemento.
El propio delegado territorial de Cádiz de la Consejería de Agricultrua, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Daniel Sánchez, admite que los residuos urbanos bolsa gris se despositarán en el vertedero del Complejo Medioambiental de Bolaños, propiedad de Verinsur S. L, sin concluir previamente el proceso de clasificación. Este hecho, según Sánchez, disminuirá la capacidad existente del vertedero, por lo que la Junta impulsó la autorización de ampliación del mismo antes del verano con la continuación del procedimiento de la Modificación Sustancial de la Autorización Ambiental Integrada, publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) el pasado lunes 13 de abril.
Ecologistas en Acción lamentó que se aprovechara el estado de alarma para sacar adelante el trámite y anunció alegaciones, así como una respuesta de colectivos y organizaciones en contra del proyecto.
Asimismo, la organización sostiene que los residuos sanitarios de los centros en los que se traten enfermos del Covid-19 deberían seguir el tratamiento convencional, que en su gran mayoría reposa sobre su desinfección por vapor y vacío mediante autoclave y, una vez desinfectados, proceder a su tratamiento como residuos domésticos ordinarios, para recuperar los materiales reciclables, como metales o plásticos. Ese tratamiento, sostiene la asociación, genera menos impactos medioambientales que la incineración o, como en el caso de Verinsur, el vertido de los residuos, los tratamientos más agresivos y con peor comportamiento medioambiental, remarca. Además, sostienen que algunos de estos residuos se pueden reciclar y reutilizar fácilmente una vez desinfectados y limpios.
Renunciar al tratamiento de esos residuos y priorizar su incineración o vertido no hace más que proseguir con la senda de insostenibilidad en la gestión de los residuos domésticos en el Estado español, explica Ecologistas en Acción, para quien el incremento en la generación de residuos motivado por la adopción de medidas de asepsia y protección no debe ir unido a un descenso en las exigencias de preservación de la salud y del cumplimiento de las máximas garantías ambientales en la gestión de residuos.
