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Todo está ferpecto

No es Ayuso, es Madrid

La presidenta ha actuado de manera valiente y responsable. La situación es crítica y el Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho oídos sordos por cálculo político

  • Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid. -

El abandono que han sufrido los madrileños por parte del Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante las últimas semanas es escandaloso, obsceno e intolerable. La comunidad, no es un secreto, es el más codiciado objeto de deseo de los socialistas, incapaces de ganar en las urnas desde 1995. Y parecen dispuestos a transgredir todos los límites político y éticos para conseguirlo, una vez que la opción de la moción de censura ha quedado descartada, al menos de momento, por Ciudadanos, cuyo concurso es imprescindible para que salga adelante.

Aunque la formación naranja había mostrado una calculada ambigüedad en la semana previa al debate del estado de la comunidad, Ignacio Aguado, viceconsejero y líder regional de la formación, escribió el martes en Twitter que “nuestra prioridad es combatir el virus y sus consecuencias. No es momento de partidismos ni de juegos de sillas”, retratando al PSOE, promotor de la moción de censura. Pese a todo, Pedro Sánchez no reculó hasta el viernes, tensando la cuerda en el ámbito institucional de forma insoportable y con la curva de contagios disparada.

Esta sucia estrategia no sorprende a estas alturas. El presidente del Gobierno no ha ocultado nunca su intención de borrar las líneas que separan los poderes del Estado y controlar todos los resortes de poder. Para ello, ha reducido a la mínima expresión el papel del rey Felipe VI y ha torpedeado a la institución  cuestionando su prestigio y por medio del exilio, forzado por Moncloa, de Juan Carlos I.

Antes, expresó sin rubor alguno que la Fiscalía General del Estado, con él en la poltrona, dependía del Gobierno. Se negó a dar cuentas en el Congreso de la gestión de la crisis por el coronavirus durante el estado de alarma. Ha aguantado durante casi seis meses sin hablar directamente con Pablo Casado, líder de la oposición. Ocultó la amenaza de pandemia en febrero y el número de muertos reales a causa de la enfermedad todavía hoy, pese a las evidencias que casi duplican la cifra oficial. Dispuesto a pactar con Bildu, Pedro Sánchez ha demostrado que únicamente obra según precise para retener el poder.

La situación en Madrid es crítica, pero la manera de actuar hasta ahora de Isabel Díaz Ayuso y del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha sido valiente y responsable. Frenar los contagios requiere no solo extremar las medidas de movilidad, también la asunción de responsabilidad individual por parte de cada ciudadano. Pero, sobre todo, la colaboración del Gobierno central, que ha hecho oídos sordos a las peticiones de ayuda de la comunidad.

Este lunes, Pedro Sánchez y Ayuso se reúnen. Pero no se puede esperar demasiado de este encuentro. Porque Ayuso es del PP, jamás chantajearía al Gobierno como ha hecho Quim Torra, ha demostrado sobradamente lealtad institucional y su preocupación es única y exclusivamente evitar el desastre de un nuevo confinamiento duro. Y, por la parte del presidente, poco se puede esperar. Los recursos los tiene ya empeñados. Los nacionalistas vascos y catalanes venden caro su apoyo a los presupuestos. Y la situación sanitaria no le ha preocupado excesivamente en las últimas semanas. ¿Por qué iba a hacerlo ahora?

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