La Comisión Europea (CE) espera que las farmacéuticas Pfizer-BionTech y Moderna pidan las primeras autorizaciones para comercializar la vacuna en la Unión Europea (UE) en la segunda mitad de diciembre, informó este jueves la presidenta de la institución, Ursula von der Leyen.
Esos laboratorios han trasladado a Bruselas que si no hay sobresaltos, la petición oficial para validar su vacuna "podría producirse tan rápido como la segunda mitad de diciembre", dijo Von der Leyen al término de una videocumbre de líderes de la UE dedicada en gran parte al coronavirus.
La presidenta del Ejecutivo comunitario explicó que se trataría sólo de solicitar a la "autorización de comercialización condicional" la Agencia Europea del Medicamento (EMA), que trabaja en estrecha colaboración y en tiempo real tanto con las farmacéuticas como con su institución homóloga en EEUU, la FDA.
Es sólo "el primero de los pasos" para la plena disposición de las primeras vacunas una vez demostradas seguras y eficaces, agregó Von der Leyen, extremo para el que no ofreció calendario.
"Al principio vienen números pequeños (de dosis). Los números grandes vienen después", agregó la presidenta de la CE, médico de formación.
La Comisión Europea negocia la compra conjunta de vacunas para los países de la Unión Europea y "todos los países se han sumado a comprar todas las vacunas" de la cartera diversificada que está construyendo Bruselas.
La CE, por ahora, ha alcanzado firmado cinco contratos con las farmacéuticas europeas y estadounidenses Sanofi-GSK, Curevac, AstraZeneca y la Universidad de Oxford y Johnson & Johnson, además de negociar con Moderna y estar en conversaciones con Novavax.
Esos contratos cumbre "cuatro tipos de tecnologías diferentes para producir una vacuna, y quizá algunas funcionen mejor en algunos de los grupos de población que en otros", dijo Von der Leyen.
Preguntada sobre si en la cumbre virtual se había abordado que Hungría haya aceptado vacunas de Rusia, Von der Leyen dijo que los líderes no abordaron ese asunto.
Pero subrayó que es imprescindible que las vacunas generen "seguridad y confianza", algo que se consigue "si hay transparencia sobre el desarrollo de la vacuna y los ensayos clínicos" compartiendo esa información con la EMA y solicitando su aprobación, algo que no hecho Rusia con su vacuna Sputnik V.